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A mi aire

Buenas ideas

¿Que digo?, ¡más que buenas y aprovechables! Resulta toda una constante el reflejar en las opiniones de la mayoría de los columnistas de este diario, el, literalmente, asalto de gentes que con buena voluntad te cuentan sus cuitas, casi siempre interesadas, o te informan de cosas que creen que merecen atención por parte de sus responsables.

Lo cierto es que a veces resulta auténtica plaga, y en ello coincidimos los habituales de estas páginas, con la falsa creencia que tenemos varita mágica que todo lo soluciona. Pero mira por donde, uno de estos días atrás, lo que me proponen me ha encantado, todo ello concatenado con la falta de respuesta, pese a las constantes quejas sobre el tema. Por lo tanto lo extrapolo sin más.

Se trataría de que los ciudadanos, cansados de pisar baldosas en pésimo estado, que en los días lluviosos ponen pingando a todos, dispusieran de un spray cuyos efectos persistieran en el tiempo, rodeando con círculo para su señalización, de paso llamando la atención a los responsables de su conservación, y poniendo en guardia a los peatones.

Aunque el spray cueste unos euritos, siempre será labor de agradecer, amén de evitar dejar la ropa para el desguace, incluso romperte la crisma con las que están rotas.

Ya de paso, la idea se puede aprovechar para señalizar las cagadas de las mascotas, para que los peatones despistados no las pisen, o patinen, aunque el círculo mejor sería aplicarlo a sus dueños.

A la par, todo ello serviría para hacer un censo de cosas que a diario podemos comprobar, que necesitan con urgencia soluciones, e incluso decorar las vías públicas afectadas, e igual registrar la idea para su uso en otras localidades, visitas turísticas incluidas para comprobar in situ lo novedoso del sistema.

La problemática puede estar en que igual te pueden multar por" ensuciar" el suelo público, que aunque resulte un contrasentido evidente, no sería raro que sucediera, pero así funcional el negocio.

Termino reiterando lo de que la idea me parece estupenda, y asumible, por lo tanto a esperar a ver si nos animamos, comenzando a ver círculos que nos avisen del peligro que nos acecha. ¡Ah, y gracias por la idea, señor Calzado!

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