Le pregunté a mi mujer de qué iba a disfrazarse en el Carnaval de este año. Me dijo que de viuda. No estaba mal, pero yo había pensado para mí un disfraz mejor: iba a ir de independentista. Y la idea me parecía muy buena porque podía vestirme con ropa normal. Mucho más cómodo que camuflarse de guardia civil, de párroco o de fallera. Lo vi por la tele, los independentistas no van con el traje regional, no, van de paisano, tan normales; y eso era una ventaja.
Un compañero de trabajo, que es un gran funcionario porque le da muchas vueltas a las cosas, analizando, sopesando, me dijo que los independentistas generalmente intentaban independizarse de algo. Yo no tenía ni idea, solo quería disfrazarme buscando un tema que estuviese de moda, lo que llaman "cool". Le respondí que no sabía de qué independizarme, que servía de cualquier cosa. Me dijo que eso no funcionaría, que tenía que ser una cuestión de ingenio, poco común. Y que hacía falta un lema que habría que llevar en una pancarta o en un cartel como mínimo del tamaño de un folio. Y por supuesto una bandera. Le dije que eso era lo más fácil porque las vendían por ahí, que las había del Real Oviedo, de Asturias, de Ferrari, hasta del Betis?
Pero Pedro, que así se llama el compañero de trabajo, levantando los brazos me dijo que estaba como una topinera, que las banderas de los independentistas eran específicas de lo que se quería independizar, no valía una cualquiera. Y además tenían que tener un triángulo en un lado. Todas las banderas independentistas tenían un triángulo en un lado con una estrella dentro. Yo le comenté que eso era fácil. Los franceses las hacían con un "drapo" cualquiera?
-Ya -me respondió Pedro- pero mira a que alturas estamos y tú ni siquiera sabes que colores va a llevar, ni pensaste el lema, ni tienes idea de qué te vas a independizar. Además está lo del megáfono.
Le pregunté que qué megáfono; me largó que en toda manifestación independentista siempre hay un tío con un megáfono para ir lanzando el lema y al final subiéndose a una caja de sidra o a una banqueta dar un mitin. O sea, que tenía que buscar a alguien más. Le ofrecí el puesto a él. Me dijo que era lo que le faltaba, salir con un megáfono y una banqueta para que la gente pensase que iba disfrazado de Hyde Park. Ni hablar. Lo resolví diciéndole que yo haría también el papel de mitinero.
-No puedes ir con el megáfono, la banqueta, la bandera, el cartel y el niñín.
-¿Qué niñín?
Me explicó que en las manifestaciones independentistas llevan a un nenin en el cuello, a lo que yo respondí que no tenía críos, y que de dónde lo sacaba, no me lo iba a dejar nadie, sobre todo para volver a las mil medio enfilau.
Entonces me dio la solución para disfrutar del Carnaval sin problemas: hoy martes día 2, a las siete y media de la tarde, los de Cauce del Nalón y montaban una fiesta en la Casa de Cultura de La Felguera con entrada libre, y traían al gran Jerónimo Granda, que por cierto iba a hablar de la independencia aunque no sabía de cuál, pero eso era lo de menos. Y seguro que lo pasaríamos muy bien.
Y eso es lo que voy a hacer. Ya iré de independentista o de otra cosa el año que viene, si llegamos allá. Igual voy de contribuyente, o de cliente de banco, o de conductor multado, de algo palpitante.
