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La maldición del parador de Pajares

La accidentada historia de este emblemático inmueble situado en el alto del puerto lenense

El pasado día 3 de febrero LA NUEVA ESPAÑA informaba sobre la situación de deterioro que se viene observando en las instalaciones del parador de Pajares, con cristales rotos y desprendimientos de trozos de la fachada. Es la enésima incidencia desde su inauguración en 1926, jalonada con derrumbamientos, muerte prematura de su promotor José María Suárez o cese de actividad en varias épocas.

Al emplazamiento del hotel se refiere su fundador José María Suárez en una entrevista publicada por el diario "La Voz de Asturias" de finales de enero de 1925. "Era hermoso, mirando su fachada principal al ingente macizo de Peña Ubiña y la Sierra de Solledo. Fue preciso cortar el terreno para asentar el edificio y a todos pareció que el talud, por la disposición de las capas, no amenazaba hundirse. Se dejó para más adelante construir el muro de contención y se dedicaron todos los afanes a terminar la obra cuanto antes. Ya estaba colocada la techumbre, tillado el piso principal y distribuido el bajo, cuando la noche del 4 de setiembre de 1924 y a consecuencia de las lluvias un desprendimiento de piedra y tierra deshizo completamente el edificio, retrasando un año su ejecución".

En el edificio estaba previsto contar con 40 camas y para la traída de aguas se utilizó un manantial a dos kilómetros en las estribaciones de La Picarota. José María Suárez albergaba la idea de que sus hijos hicieran de monitores de ski para adiestrar a los primeros aficionados que llegaban a Pajares. El hotel se inauguró el 16 de mayo de 1926. Los dueños del hotel Valgrande celebrarían con alborozo la llegada del teléfono interurbano a Pajares a finales de junio de 1927. La muerte de José María Suárez propicia la venta del hotel en julio de 1930.

Durante la Guerra Civil el hotel fue sede de los mandos republicanos y al final de la contienda los efectos de deterioro eran ya muy visibles. En 1945, a propuesta del gobernador civil de Asturias, Guillén Lafuerza, se inicia la reconstrucción del parador a través del departamento de Regiones Devastadas inaugurándose el día 24 de julio de 1953.

En el otoño de 1978 el Ministerio de Información y Turismo tenía en sus planes el cierre de varios paradores nacionales que no eran rentables, entre ellos Pajares. Curiosamente, en el citado año, el mes de agosto, en los antípodas de la temporada de esquí, fue el mes más rentable del año con 100.000 pesetas de superávit. Al margen de su rentabilidad, el parador demandaba nuevamente una mejora indispensable de sus instalaciones en un presupuesto que ascendía a 10 millones de pesetas. El Ministerio se desmarcaba de asumir el coste y pasaba la pelota a la Diputación asturiana, mientras que ésta alegaba carencia de recursos. Afortunadamente coincidió en aquel tiempo con el asturiano Ignacio Fuejo como director general de la Administración Turística Española, verdadero impulsor de evitar el cierre de Pajares y afrontar su remodelación cuya reapertura estaba prevista para la primavera de 1980.

La reciente historia del parador ya es conocida, la empresa Inversiones Inmobiliarias Valmurián adquirió el parador mediante subasta del Ministerio de Economía y Hacienda en marzo de 2010, con un proyecto ambicioso de relanzamiento pero el mal fario del edificio sigue inexorable al cumplirse los 90 años de existencia el próximo mes de mayo.

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