Años tardé en saber qué era la toná, porque para mí siempre había sido canción asturiana que siempre me gustó saber y conocer desde bien pequeño. Era muy clásico el pasar por delante de una obra en construcción y oír a un obrero en un andamio cantar, a veces tan fabulosamente bien, que paraba para oírle. Entonaban "como Rita" y tenían un fuelle que daba gusto. No era gente de escuela musical, pero seguro que había aprendido de su padre e incluso de su abuelo. Eran unos artistas de excepción. ¿Y en el campo? Ídem de lienzo. Yo me tengo echado en el "prau" mientras a lo lejos oía una de esas canciones asturianas que el aire traía hasta mis oídos. El paisano estaba segando o simplemente cuidando sus vacas mientras canturreaba una de esas tonadas que aparentemente a él solo entretenían: daba gusto. Yo tuve un amigo que cantaba así de extraordinario y que llegó incluso a grabar cuatro discos "single". Él tampoco había estudiado música, pero había aprendido de su padre que era un hombre de la construcción y que cuando cantaba sus compañeros dejaban de trabajar: hoy tiene en Oviedo hasta una calle dedicada: "Quin el pescador". Por eso me gusta que siga habiendo afición y dedicación a tal canto, y hasta concursos aunque haya gente que nos lo gane. Enhorabuena a sus participantes.
Desde la Meseta