Escucho un día de estos atrás, la clásica conversación en lugar público, que suele girar a la rapidez del paso del tiempo. ¡Coño! Decía uno, hace cuatro días que pasaron las Navidades, ahora mismo también la Semana Santa quedó atrás, y dentro de nada San Pedro. -Pues eso no ye ná-, terció otro, pues sin que nos demos cuenta, a la vuelta de la esquina nos espera de nuevo la Navidad.
Entre todas estas fechas existe otra que sin enterarnos ya la tenemos aquí ¡Hacienda de nuevo!, que pese a que muchas de las veces resulte a devolver, porque la mayoría estamos atrapados por nómina, o pensión, cogidos en tupida red que imposibilita escaquear un euro, además de retenerlo por adelantado, a diferencia de las habituales marrullerías de otros, que siempre se van de rositas, pese a sus conocidos cobros en "B", o triquiñuelas fiscales con las que sortean todos los obstáculos, con claro agravio comparativo para el resto de los cumplidores, aunque sea a la fuerza. Los cambios constantes que teóricamente deberían favorecer, a la hora de la declaración, cada vez resultan más enrevesados para una buena mayoría, poco capacitados para entender los entresijos de la Agencia Tributaria. Medio millón de asturianos estamos llamados a la cita que da comienzo en unos días, cada vez con más dudas, que al final muchos deberán de buscar asesoramiento, pues si se mete la pata por un simple euro, pues ya te puedes preparar para las mil vueltas que te van a dar.
Se podría añadir, que viendo lo que se ve, con la corrupción a todos los niveles, básicamente los de los ubicados en los centros del poder. Pues a ver quien ye el guapu que puede tener conciencia fiscal, y, lógicamente, me incluyo. Pues nada, que el próximo día cuatro comienza el baile, baile que a pocos nos apetece, pero a la fuerza ahorcan, con lo cual tan sólo nos queda echar mano de la conocida frase "ajo, y agua" que como se suele decir? Ye lo que toca. Pero al llegar estas fechas, mi cabreo resulta inevitable por las visibles varas de medir, que hacen del conocido eslogan "Hacienda somos todos" una cruel ironía.
