Las encuestas del CIS, u otros medios reflejan cada vez más el total desencanto de los españoles. En los puestos cabeceros figuran desde hace tiempo la situación económica, el desempleo, la corrupción y, como guinda, ocho de cada diez españoles consideran la situación política mala o muy mala. En todos los sitios cuecen fabes, pero en esta Asturias de nuestros pecados estamos inmersos en fabada gigante.
Como ya teníamos poco donde escoger, cada día surgen casos de corruptelas de alto nivel, con peces muy gordos pero, al final, mucho ruido y pocas nueces. Los casos se dilatan en el tiempo para que todo se vaya diluyendo para que por acción, colaboración, u omisión de algún modo no devuelvan un euro de lo que dejaron malversar o afanar.
Da la impresión de que buena parte de los políticos tienen un pacto no escrito entre ellos para no hacerse sangre. Practican el "hoy por ti, mañana por mi", pues aunque todo esté rodeado de cloacas malolientes hay un nulo interés en purificarlo todo de una dichosa vez. Como añadido descubrimos que Panamá no es un sombrero o un famoso canal. Los "angelitos" tienen preocupaciones no tan terrenales como las nuestras, que resultan más sencillas.
Si de suciedad hablo, los días de lluvia juro en arameo cuando piso la calle, como un pincel y, por mucho cuidado que tenga, las baldosas de turno me ponen pingando. Lo de llevar con guantes la basura al contenedor, lo tengo asumido.
Pero las preocupaciones de mi Ayuntamiento langreano van por otros derroteros, como la integración del municipio en la Red de Ayuntamientos Laicos, o que la Virgen del Carbayu deje de ser la Patrona de los Langreanos. ¡Menudas prioridades!
