Algo funciona muy mal en las normas laborales. Los trabajadores del Centro de Soft Computing de Mieres son despedidos y la justicia falla su reincorporación a la empresa. Los trabajadores estarían contentos con la sentencia si no fuera porque el centro ya no existe. Literalmente. Ha sido desmantelado y el patronato que lo sustentaba ya no tiene función alguna. Si hay que cumplir la sentencia judicial, ¿adónde vuelven a trabajar? En Langreo, como en otros muchos ayuntamientos asturianos, los elegidos en los planes de empleo denuncian su situación laboral con la intención, entre la picaresca y la necesidad, de quedarse en el puesto o ser indemnizados. Un dinero extra que sin duda les viene muy bien, pero retrae a los municipios de volver a convocar este tipo de programas por el temor a nuevas demandas. Los tiempos galopan y las leyes y normas deben adaptarse para evitar perjuicios que la justicia quiere solventar.
