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Conservador del paisaje protegido de las Cuencas

Los pies en la tierra

El aprovechamiento del medio natural asturiano y la comparación con el francés

Siempre se dispara la envidia nada más pasar de Irún. ¿Pero por qué estos malditos franceses lo tienen todo tan guapo? Las fincas cultivadas, los montes ordenados, las casas con la fachada perfecta, todo armónico y limpio, los pueblos con aspecto de haber sido creados por un pintor. Y qué decir de los parques naturales, redondos en su conservación y aprovechamiento. Cuentan que ello se debe a cuatro circunstancias: a la laboriosidad del lugareño, a la aplicación de las leyes, a que el "agriculteur" está muy bien considerado socialmente, y al chauvinismo francés. Y puede que haya algo de cierto.

Los habitantes de las "fermes", que así llaman a las caserías, tan pronto están pintando una persiana como entutorando el campo de guisantes, o cambiando el aceite al viejo tractor que, por cierto, parece nuevo. Y con todo el aspecto de que ese cambio de aceite sea, en ese momento, lo más importante de su vida.

Son formas de trabajar.

Pregunté en una ocasión al dueño de un alojamiento rural -sin pretensiones pero perfecto y nada caro- cerca de Brest cómo lograban que durante kilómetros no se viese ningún vertedero, ni chabolas, ni abandono. Me miró con curiosidad y respondió:

-Hay que ser muy valiente aquí para lanzar un frigorífico por un talud o levantar algo sin autorización. ¡Tenemos que cumplir las leyes! Vous risquez d'avoir une bonne ammende en ce cas! (le caerá una buena multa si no).

-¡Pero usted fabrica foie en su casa y lo vende!-, repliqué.

-Claro- cortó sorprendido -es legal. ¿Por qué no voy a poder hacerlo si lo preparo de forma sensata? Si no actuase así me sucedería lo mismo que al de la nevera abandonada.

Son formas de diseñar leyes razonables y de velar por su cumplimiento. Por cierto, en aquel pueblo los vecinos habían creado un museo con objetos y recuerdos de lo sucedido allí durante la Segunda Guerra Mundial, y aquel agricultor era el encargado de su gestión.

Son formas de ser campesino.

El hombre también vendía sidra. Abrió una botella; estaba buena, me recordó a la vasca, gaseada y algo dulce. Se ve que tapaban el tonel después de la primera fermentación. Le hablé de la nuestra, también exquisita.

-Mais ce n'est pas francaise!

Son formas de valorar lo propio.

Hace tiempo que descubrí que la ilusión por el trabajo, contar con leyes posibles y cumplirlas, mimar el paisaje, entender que la agricultura es una profesión muy digna -y más hermosa que muchas-, y primar los productos de la tierra a la que uno pertenece son herramientas de desarrollo que no es preciso comprar, y que en otros lugares usan para crear riqueza. La pregunta es, ¿por qué aquí no?

Sin duda mañana viernes, a las siete y media de la tarde, en la Casa de Cultura de La Felguera, en la Mesa Redonda "La revuelta al campo. Itinerarios para una nueva ruralidad en las cuencas Mineras", con el apoyo de LA NUEVA ESPAÑA, dentro de la programación de "Cauce del Nalón" y de los actos del Certamen "Langreo Natural", Jaime Izquierdo, uno de nuestros mayores expertos en desarrollo rural, Lorena Veiga, gerente de "Con Raíz", y Mario Fernández, director de la Granja-Escuela "La Llera" nos darán luz sobre los caminos para aprovechar y disfrutar de forma inteligente nuestro extraordinario mundo rural. En otras palabras, para saber vivir con los pies en la tierra.

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