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A contracorriente

Vivir la mexicanidad

La herencia y la huella que están dejando los asturianos allende los mares

México es un gran país, sin duda y es nuestra herencia sentimental. Muchos españoles y asturianos han alcanzado cobijo en esta tierra del sol y el tequila, un lugar intenso, abierto, grande y hospitalario que vive momentos complejos por la crisis económica y por problemas estructurales derivados de políticas anteriores erráticas. Los mandatarios actuales intentan corregirlas, para convertir a México en un país ejemplar. Recursos y capital humano tiene para albergar esperanzas de un futuro esplendoroso. Los políticos, el empresariado y el pueblo llano y sencillo tienen la última palabra. Y con esfuerzo, ganas de trabajar por el país, superar la analfabetización y un estado más vertebrado y distributivo, se alcanzarán los anhelos deseados.

Muchos españoles han encontrado aquí su porvenir. Han logrado con sacrificio y trabajo intenso una estabilidad laboral que España en otro tiempo les negaba. En esta tierra de promisión y acogida han conseguido ser nuevos mexicanos y formar parte de una comunidad social sincera y entregada. Su manera de ver la vida, la forma de emprender negocios, la alta capacidad laboral, el entendimiento con los nativos y la idiosincrasia española bien definida, han contribuido al engrandecimiento de este vasto país agarrado al Atlántico, al Pacífico y al Caribe. Y ejemplos hay muchos y variados... Familias españolas de Cataluña, de Cantabria, de Galicia, de Asturias. Ellas han forjado en este país su esencia hispana y, con los años, el mestizaje y la razón humana se han encargado de convertir esa experiencia migratoria en el santo y seña de una manera de ser y estar. Y en esa circunstancia la mexicanidad, vivir a fondo este territorio, se perpetúa y consigue ser definitoria de realidades y pasiones.

Y si hay que hablar de nuestros paisanos conviene mentar la enorme labor social y económica que han desarrollado en México en las últimas décadas. Y esas realidades están ahí para revisarlas y exponerlas como una forma de entender la emigración española allende los mares.

La familia Canteli de Bimenes labró en estos enclaves un porvenir halagüeño. En Puebla de los Ángeles está su sede social. Grupo mercantil dedicado a los hidrocarburos, la construcción y la hostelería. Y son básicamente asturianos, de acción y sentimiento. Lo mismo que los hermanos Lamuño, oriundos del pueblo de San Mamés en San Martín del Rey Aurelio. Son un ejemplo de tesón y ejemplaridad donde la fabricación de recambios de automóviles es toda una referencia nacional y su mentor, Severino Lamuño, la representación del empresario afecto y solidario. Y en este camino de esfuerzo y empresa la familia Ordóñez de Nava cuenta en Cuernavaca con los mejores establecimientos de hostelería. Hace más de un siglo recaló en esta bella capital de Morelos un ancestro muy visionario que instaló

en estos atrayentes lugares diferentes panaderías que causaron sensación por sus trabajados productos. La luna era su nombre comercial con expansión a CDMX, la capital federal. Actualmente sus familiares mantienen la identidad con negocios hosteleros que son lo más granado de esta población conocida como la de la eterna primavera. Carmina con excelente taquería, El Chiringuito, y su hija Ana con Casa Hidalgo, apoyadas por el esposo de Ana, Juan Pons Diego de León, a la sazón secretario municipal de Turismo y cabeza visible de la asociación Tesoros de México, un grupo exclusivo de recoletos hoteles con estilo y sabor colonial. Asturianos en México y españoles de historia y sacrificio. Su labor en estos entornos está escrita con letras magníficas y caligrafía de agradecimiento. Un mestizaje de sensaciones y nostalgia de la patria chica. Y este País, en su recorrido atávico, se muestra generoso con sus hispanos que a través de los años han dejado huella y verdad con sus aportaciones mercantiles y benefactoras...

Cada día vivo más la mexicanidad bien entendida, siempre con ese regalo destilado que es el mezcal, acompañado de naranja y sal rosa de gusano de maguey. ¡México me engancha!

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