Quizá sea un problema de la edad. Quizá sea que la gente en general pida lo que a mí ya no me gusta o, como digo, me aburra. La cosa es que me cansa lo que más abunda en nuestros medios informativos: la política y las Olimpiadas.
A todas las horas y en todos los sitios parece que no llegamos al final de tener un Gobierno estable. Unos y otros me aturden con sus insistentes peroratas, con acuerdos y desacuerdos, con razón o sin ella, ¡coño, me desesperan! Con lo fácil que sería celebrar unas elecciones y, hala, al día siguiente a trabajar todos y cada uno en lo suyo. Pues no, "nun ye así"
Lo de las Olimpiadas está muy bien, muy entretenido, pero yo me canso de tanto deporte y ni la radio puedo poner de tanto escuchar lo de las medallas impuestas o perdidas. Eso sí, enhorabuena a aquellos que han sido premiados, merecedores de su esfuerzo. Pero también felicitó a esos que, sin ser los primeros en llegar, se han esforzado al menos en llegar a Río Janeiro.
Lo dicho, creo que lo mío ye la vieyera, el cansancio, y lo que en realidad me gusta es la variedad, los espacios cortos que tratan, lo mismo, ir a la luna, a Marte, una buena corrida de toros o pasar las 40 páginas de mi preferido periódico, con opiniones encontradas, anuncios variados y, por qué no, hasta con esquelas, estas últimas las que menos, claro.
