Más vale abstención en la mano que elecciones volando. Mariano Rajoy y Javier Fernández firman tablas. El dirigente socialista asturiano avisó de que ya es bastante abstenerse para que encima le pongan condiciones. Y el presidente en funciones no tardó en responder que faltaría más, se conforma con una abstención a secas, tras el autocisma del PSOE. Y así, en esta partida de ajedrez, ambos entregan su rey. Pero el juego continúa. Como los militantes suelen ser gente sencilla, es difícil convencerles de que las cosas no vayan "al ser de ello", como manda el dicho popular. Así comienzan a organizarse las agrupaciones del PSOE para recoger firmas exigiendo primarias, congreso y lo que haga falta. En las Cuencas, la primera en hacerlo público es la de Langreo, pese a la "pedagogía de la abstención" que pregona Fernández. El malestar es notable en el resto y en el sindicato afín, porque esta decisión, creen, no "va al ser" de los socialistas.
