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Desde la Meseta

Mala notica del Vaticano

Todas las esperanzas de nuestro Papa Francisco. Y de repente impone una nueva norma para los católicos. Pero pienso que la norma es para los católicos ricos. Para mucha gente, hasta ahora, la incineración de sus difuntos era una solución más bien barata. A partir de ahora las cenizas no se podrán tirar en un prado, ni en el mar, ni repartir entre la familia, ni mucho menos servir de adorno en urnas en los salones de casa, con todo un lujo de detalles.

Conforme que no se tiren al mar con la urna, porque sería llenar de basura, no solo la de las cenizas, sino también la propia urna. Así que ahora el propio Papa pide que el muerto o sus cenizas se guarden en un cementerio, en una sepultura o columbario al efecto.

El Papa Francisco no conoce los costes de tales soluciones, que en algunos casos se disparan a más de mil euros y, además, por un tiempo indeterminado. Y, entonces, ¿que hacemos con dichas cenizas?.

Entendemos la postura cristiana de "el cuerpo a la tierra". Pero nuestra vida ha cambiado y la Iglesia debe ser otra a la hora de tomar resoluciones y no dificultades en contra de los débiles. Tendrá que añadir un anexo a su norma, de la misma forma que ha tomado otras, por ejemplo, como la de admitir a los divorciados. Esperemos como siempre ese anexo y antes de que se arme un nuevo revuelo entre los económicamente débiles. Vamos, pienso yo.

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