Llámenme agorero, pesimista, loco... pero no me creo que la variante de Pajares esté en servicio antes de 2019. No me creo que antes de dos años los trenes circulen con regularidad. Y si el milagro se produce dentro de dos o tres, nos podremos dar con una traviesa en los dientes. El nuevo ministro de Fomento pasó ayer por la obra intentando no mojarse. Después de tantas promesas escuchadas, las nuevas ya resbalan con la misma fluidez que corre el agua por los dos largos túneles. Queda mucha obra por hacer y poco dinero para acabarla. Hay que equipar de todo los 25 kilómetros de cada subterráneo, acabar de fijar la ladera móvil de Lena y el largo periodo de pruebas. Ya ni hablamos de los tramos pendientes de León-La Robla y Pola de Lena-Gijón, que personalmente pienso que nunca se construirán. Hace tiempo propuse que se abriera un túnel, uno solo, aunque los trenes pasen a la velocidad del puerto de Pajares. Y ya ganaremos algo más que promesas.
