En Abril de 2012, en estas páginas, reflejaba en dos opiniones, con los títulos de "Primer paso" y "¡Copago a la vista!" algo que se venía venir, Tampoco hubo que esperar mucho para que los temores se confirmasen. El 1 de julio del mismo año, la ministra de Sanidad, Ana Mato, la "despistada" que tenía un Jaguar en el garaje sin saberlo, lo confirmaba. Giro radical del Gobierno de don Mariano, que en su campaña electoral había prometido no tocar la Sanidad.
El tanteo preocupante al que me refiero ahora viene a cuenta de lo que parece un pequeño globito con los que juegan los guajes, pero que por experiencias anteriores tiene toda la pinta de terminar convirtiéndose mucho mayor que el de los hermanos Montgolfier, y si no al tiempo.
Por enésima vez volverán a pagar justos por pecadores, con independencia de la boutade de tramos de ingresos en que se mete en el mismo saco a personas con diferencias estratosféricas en sus percepciones.
El tema de todo lo relacionado con la Sanidad resulta un tanto complejo, pero el quid de la cuestión reside en que no se quiere meter mano a cosas que todo el mundo sabe, pero?
Resulta la mar de guay -que diría un modernillo- la universalidad para todo el mundo, pero, obviamente, ello tiene un coste que los que han cotizado una vida entera deberán asumir y, encima, les cargan todos los despropósitos que se les ocurran.
No hace falta citar ejemplos, están en la mente de todos y son amplios. Asimismo, sé de sobra que decir esto resulta "políticamente incorrecto".
Como suele ser habitual, después de la suelta del globito, da comienzo la tarea de poner paños calientes, para cuando el tema enfríe dar la correspondiente estocada.
Mientras tanto la hucha de las pensiones, esa es otra, está en la UVI y el rescate a la banca ya superó los sesenta mil millones de euros.
Mi pregunta no es otra que ésta: ¿cómo podemos seguir con estas tragaderas? No sé, igual va a ser que resulta que tenemos lo que nos merecemos por nuestra indolencia. Seguramente.
