En el período de deflación (época en la que se supone bajaron los precios), no percibieron ninguna mejoría con la subida del 0,25% de sus pagas. Al contrario, con cuatro euros más tuvieron que atender las necesidades propias y las de sus familias. Cuando la inflación anual se sitúa en el 1,6%, sus pagas siguen siendo las mismas, pero sus obligaciones, que ya habían aumentado de forma inflacionaria por la crisis, no se han recortado. Esto no hay quien lo entienda, para eso está montado el tinglado: dicen que bajan los precios y todo está más caro; suben, y todo está aún más caro. Los pensionistas, a los que debemos agradecer el sostenimiento de la economía real, piden en Langreo una mejora de sus pagas acorde con el teórico IPC, muy superior ya a su exigua subida anual. Después vienen el presidente del Banco de España con su pensión millonaria recomendando una demora de la edad de jubilación y el FMI solicitando un ajuste del sistema. Inflación de desmesuras para poner las barbas a remojar.
