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Mario Antuña

Siete leguas

Mario Antuña

Efímera estupidez

La era digital es tan voluminosa en información como efímera. Manda la inmediatez. Todo se retransmite en el momento y su difusión es exponencial. Y la reacción a la acción es igual de contundente. Como llega se va. Todo fluye, nada permanece. Nada adquiere poso ni trascendencia. Y, en consecuencia, prolifera la estupidez. El último ejemplo es el youtuber que se dedicaba en Oviedo a besar a traición a mujeres jóvenes para grabarlo y exponerlo en su canal de Youtube. Ayer fue condenado, tras la denuncia de varias de las afectadas. Otros dan bofetadas a transeúntes, apalean a indigentes o protagonizan accidentes con el único objetivo de la audiencia. ¿A quién le puede extrañar si hasta el presidente de EE UU gobierna el imperio con mensajes de Twitter? Se busca un reconocimiento pasajero. Pero la vida es demasiado larga para depender de los quince minutos de fama a los que Andy Warhol decía que todos tenemos derecho.

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