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Dando la lata

Espera, espera

Las difíciles soluciones al fenómeno del terrorismo yihadista

No tengas prisa. No te aceleres. Nada cambiará por esperar a que el tiempo vaya asentando la información, depurándola, descontaminándola de falsedades y errores. La opinión no ha de ser necesariamente inmediata y, menos aún, cuando la realidad es aún confusa. Buena parte de la información que nos llega con los cadáveres aún postrados sobre el suelo de Las Ramblas es, por precipitada, inexacta. Y esta incorrección no debe ser el soporte sobre el que se funda una opinión. Porque lo primero que me sale, como a cualquiera, proviene de los intestinos y no de la cabeza. La matanza de Barcelona, como las habidas en otras ciudades europeas, es la resultante de un proceso sumamente complejo que al común de los mortales le viene muy grande. Por ello, no tenemos las soluciones. Y las reacciones que estamos viendo estos días, principalmente a través de las redes sociales, son buen ejemplo de ello. No hay reflexión, ni meditación, ni estudio, ni propósito de, racionalmente, ir respondiendo los muchos porqués que flotan en el aire. Acabo de leer uno de esos mensajes, en el que se acusa a todo el mundo islámico de, como poco, indiferencia ante nuestros muertos. Primero, ¿desde nuestras casas sabemos que eso es cierto? Y, segundo, ¿qué muestras de dolor y repulsa exhibimos nosotros cuando se inmola uno de estos trastornados en un mercado de Bagdad o a la salida de los oficios religiosos en una mezquita de Peshawar? Y estos son sucesos que ocurren a diario. ¿Ha de sentir un iraquí mayor dolor por nuestros muertos que el que sentimos por los suyos? Tenemos un problema, cierto es, y hemos de solucionarlo con inteligencia. Con las tripas no lograremos más que hacernos aún más daño. Nos están atacando desde dentro. Algo hemos hecho mal, obviamente, cuando consentimos que el virus crezca y se desarrolle dentro de nuestro organismo. ¿Por qué unas células que hasta no hace mucho se comportaban con normalidad, hoy, como sucede con el cáncer, se vuelven en nuestra contra? ¿Qué motivó esta mutación? Y, creo que es la pregunta más incómoda, ¿hemos hecho algo para que esto suceda? Piensen cómo estábamos antes de Afganistán, Irak, Siria? No lo sé. Son sólo preguntas.

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