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Dando la lata

Dolor de muelas

El debate sobre la implantación de la titulación de Deporte y la pugna entre ciudades

Para la Universidad de Oviedo, el campus de Mieres es un dolor de muelas. Siempre lo ha sido. No fue idea suya, sino que vino impuesta. Y no lo tragan. Y, si fuera posible, se lo quitarían de encima como con la muela que provoca el flemón. Está muy bien que Mieres se una en la reclamación del grado de Deporte, pero no debemos olvidar que la Universidad, que es la que ha de darle la cobertura, está en contra. Y si finalmente cae aquí, será a contrapelo. Como el campus entero, por lo que es posible que siga su mismo lánguido derrotero. El rector ya lo dejó caer: Mieres no tiene mar, un inconveniente para la práctica de las disciplinas acuáticas. Como si en la trasera del Reconquista hubiera una explotación de carbón que justificase la permanencia de la Escuela de Ingeniería de Minas en ese edificio que amenaza ruina.

Y no hubo bemoles de trasladarla al Campus, que parecía lo lógico. Pues ni hablar. Dijeron que de Oviedo no salían y no salieron. Porque para los poderes fácticos universitarios y buena parte del cuerpo docente, Mieres es sinónimo de destierro. Al igual que para un considerable proporción de asturianos las cuencas mineras son territorio comanche que conviene evitar. Y de ello alguna ración de culpa hemos de tener. Parece que no estamos siendo capaces de proyectar una imagen positiva y atractiva de las cuencas post carboneras. Sin ir más lejos, el mensaje de "Mieres para vivir" no acaba de dar en la diana y el triángulo Oviedo-Gijón-Avilés sigue monopolizando el impulso público y privado de la región. Gijón no es el enemigo, no nos confundamos, sino un competidor muy cualificado.

Sería catastrófico convertir la elección de la futura sede del grado de Deporte en un duelo entre poblaciones. Nuestro problema es, principalmente, la Universidad de Oviedo, la "madrastra" del Campus de Mieres. Ya conocen su última amenaza: como esto derive en un inamistoso pulso entre candidatos, se renuncia al grado y santas pascuas. Muerto el perro, se acabó la rabia. Mientras tanto, de aquí a septiembre, fecha prevista para la decisión, seamos listos y procuremos combinar la legítima reclamación de una sociedad unida y la imagen más amable, moderna y respetuosa.

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