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Dando la lata

Holgura

Lo de hoy va de salud pública, principalmente ocular y mental. Lo mejor de Tierno Galván como alcalde de Madrid en aquellos inquietos años de la Movida fueron, sin duda, sus bandos. Eran tan buenos que la gente se arremolinaba en la calle a leerlos. Recuerdo uno en particular, en el que, con un finísimo sentido del humor y excelente redacción, recomendaba a las féminas madrileñas, llegados los calores primaverales, cierta moderación en el vestir -o, mejor dicho, en el desvestir-, con el fin de evitar las distracciones de los conductores. Un bando impensable en los actuales tiempos de libertad vigilada. Bueno, pues yo quisiera hacer ver a la población que los leggins no sientan bien a todo el mundo. Es más, creo que deberían tener una limitación de tonelaje. Un culo de un metro cúbico está mejor, sobre todo para la sensibilidad ajena, cubierto con cierta holgura. Porque tenemos la calle repleta de morcillas andantes. Y, la verdad, no hace bonito. Lo mismo que las camisetas de licra, bien ceñidas al cuerpo. Pero hombre, que tenemos la barriga con dobladillo por debajo del ombligo, que llevamos todo el invierno sin mover nada más que la mandíbula y ahora me vienes con esa camiseta que te hace parecer un embutido pasado de fecha. Holgura, por favor y por respeto al prójimo. Porque, además, quieras o no, se te van los ojos hacia los tremendos traseros de unas y los panzones de los otros. Es como fijarte en un ojo bizco o una espinilla, que no hay manera de reprimirlo. Y ahí viene el daño ocular y, lo que es peor, la lesión cerebral. Son visiones que entran y no salen, que no se olvidan así como así, y que alteran la función cognitiva. Es un hecho que la población está gorda. Pero desengañémonos: esa ropa superapretada no nos hace más delgados. Al contrario, lo pone peor: además de gordos, feos, algo que convendría evitar. Las prendas ajustadas están pensadas para físicos normales y en forma. Si estás hecho un manatí, te sientan como un tiro. No es sólo cosa mía. Consulten con sus médicos y ya verán cómo les imponen dieta y ejercicio. Los leggins y las camisetas, para más adelante.

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