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A contracorriente

La cocina como arte visible

La victoria del lavianés Pablo García Llorente, del IES Valle de Aller, en un concurso culinario a nivel nacional

El universo de la cocina está viviendo en los últimos años un auge indescriptible. El Estado del bienestar, la mentalidad de los nuevos profesionales de los fogones y esos medios y redes sociales, conforman un panorama alentador en este campo de los servicios con la hostelería como trasfondo. Y en este aspecto la labor pedagógica y orientadora en el ámbito de la cocina que está llevando a cabo el Instituto de enseñanza secundaria del Valle de Aller, en su módulo formativo, es digna de encomio.

Está comprobado que sin el mundo de la cocina no hay paraíso, los medios de comunicación nos insisten en demasía con los nuevos talentos de las perolas y las innovaciones coquinarias, y no queda otro remedio que aceptar este modelo de promoción entre platos y tapas. Y desde el centro docente allerano a toda España con sus trabajos, sus catas, sus experiencias cocineras y sus jornadas de diferentes platos con la sana intención de promocionar los productos agroalimentarios de la región, como pueden ser los quesos, la sidra, la ternera roxa o los nabos. Y en este instituto el trabajo entre cocina y fogones es intenso y directo. Los jóvenes alumnos siguen los consejos sobre el terreno de sus tutores como por ejemplo Víctor Pérez su jefe de cocina. Sabias lecciones con la receta adecuada y el salsamento en la mente, realidades que traspasan la línea compleja entre el profesor y el educando.

Y la cocina como arte visible y real, el trabajo cotidiano en este módulo profesional es un continuo ir y venir por el reducto cocinero con los alumnos bien situados y dispuestos para preparar historias de sus madres y abuelas en un recetario próximo y sabroso en textura, aromas y presencia. Y entre ese grupo de futuros cocineros hay uno que sobresale con ánimo, gusto, esfuerzo y sentido. Se trata de un joven de Laviana de 19 años que días pasados quedó campeón en el Salón de Gourmets de Madrid con un plato original y cargado de razón asturiana. Pablo García Llorente sorprendió al jurado calificador con una receta compleja en palabras donde no faltaron la simulación de un hueso de costilla, patata de Pravia, caviar de miel, manzana y romero con el peso destacado de la carrillera de ternera roxa y un carbón simulado con perfume de haya, sueltos de nuez y avellana, junto a unos granos coloristas de granada. Estupendo. Los doce cocineros jóvenes de los diferentes módulos docentes de todo el país en liza con el asturiano sólo tuvieron palabras de aceptación y ánimo ante una propuesta variada, armónica y campeona. ¡Estamos ante un gran cocinero!

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