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Arte

Galano, la pintura como una manera de sentir

La próxima presentación del libro de Juan Manuel Bonet sobre la obra del artista asturiano será una de las mejores noticias del año en el ámbito pictórico

Galano, la pintura como una manera de sentir

Aunque sea artista de pocas palabras, Miguel Galano suele expresar con ellas conceptos de mucho interés para la mejor comprensión del arte, y también de su pintura. Hace algún tiempo, y en una entrevista para este periódico, le decía a Pilar Rubiera: "Mi trabajo ha ido tendiendo hacia una fidelidad topográfica después de una etapa más brumosa. En mi caso, el acercamiento al realismo no significa que me interese copiar, me interesa como puente hacia otra cosa".

Como sucede que lo que llama "otra cosa" suele ser precisamente determinante en la creación artística, y como en lo que a la pintura se refiere el término realismo ha sido tan injusta y manipuladoramente desprestigiado a menudo, quizá no sea malo profundizar un poco en sus palabras. Que haya evolucionado desde la etapa que llama "más brumosa" (sin duda aquella que solíamos identificar con "la tradición romántica del Norte, y alguna abstracción había en ella) acercándose al realismo, no quiere decir que le interese "copiar", cualquiera que conozca y sea sensible a su obra lo sabe. ¿Cómo entonces puede un artista ser fiel a un modelo sin limitarse a copiar? Puede porque el artista al pintar lo que ve pinta también, simultáneamente. el sentimiento que le inspira; es decir, pinta a la vez la emoción y la forma, pinta un sentimiento. De ese sentimiento y del talento para expresarlo depende la obra, (alguna vez ha citado Galano un pensamiento de Paul Valery sobre el pintor que se pinta al pintar).

Hay que entender que este proceso es un acto involuntario, la emoción no se puede pintar de manera preconcebida, no existe una técnica para ello: " voy a poner un poco de emoción aquí". El pintor, escribió Matisse, debe estar convencido de que ha pintado lo que ha visto, "por mi parte no soy capaz de distinguir entre los sentimientos que me inspira la vida y la manera en que los plasmo". Esa es la razón de que cualquier motivo, hasta el más insignificante, pueda convertirse en una maravillosa pintura, el artista no compite con la naturaleza. Para Baudelaire, el romanticismo no consiste en la elección de un tema sino en "une manière de sentir".

Y qué maniére de sentir la de Miguel Galano, un pintor capaz de dotar a sus obras de tan particular encanto y conmovedora intensidad! Hay pinturas cuyo lenguaje no parece depender enteramente de las reglas conocidas del arte y tampoco sentirse del todo cómodas si las encasillamos en un determinado género pictórico. Eso se me ocurre cuando contemplo las obras de Galano y las llaman "paisajes" término que se me antoja excesivamente anchuroso para ellas, más adecuado para las que describen espectaculares panoramas pintorescos, esos sí que con vocación de competir con la naturaleza. A otra especie pertenecen las obras de Galano, sus casuchas, sus árboles, sus flores, sus bancos y farolas..., sus parques, su pintura dulce y triste, hecha de nostalgias, que llegan al corazón y ante las cuales algo nos lleva a hablar en voz baja. Sobre estas pinturas y sobre Miguel Galano se presentará el próximo día 20 un importante libro editado por Hércules Astur y del que es autor Juan Manuel Bonet, quien mejor ha llegado a conocer y comprender su obra, y también quien mejor la ha escrito (Cielo tan blanco, el alma errante, súbitamente es el silencio). Un libro que, como algunos sabemos, ha tenido larga gestación y difícil singladura, pero que finalmente ha visto la luz y que será una de las mejores noticias del año para el arte asturiano, seguramente la mejor.

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