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Poesía

Asomarse a lo que falta

Necromancia, primera muestra en castellano del trabajo de la norteamericana Rae Armantrout

Asomarse a lo que falta

La poesía de Rae Armantrout (1947), que se traduce por primera vez al castellano en esta antología, suele adscribirse a la corriente denominada "Language poetry", que impulsaron a finales de los años setenta del pasado siglo los poetas, norteamericanos como ella, Charles Bernstein y Bruce Andrews. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de los "language poets" (Lyn Hejinian podría ser en esto también una excepción), Armantrout conserva en su escritura huellas de enunciación y rastros referenciales suficientes como para ser emparentada con autores anteriores a la revolución "language", que pulverizó ambas nociones. Sobremanera, como acierta a establecer Daniel Freidemberg en su prólogo, con Robert Creeley, a cuyas reflexiones sobre la práctica poética recurre en varias ocasiones para describir la "poesía de la palabra viva" en la que encuadra la actividad de Armantrout. ¿En qué consistiría esa "poesía de la palabra viva", que habría nacido con Gertrude Stein y e. e. cummings y W. C. Williams y los objetivistas? Y Creeley, en el prólogo de Freidemberg, contesta: "En decir cosas, y decirlas con una articulación que imprima un carácter físico a las palabras [que] bailan, en verdad, informándose unas a otras, captando la atención, provocando participar".

No otra cosa, efectivamente, se propone la poeta californiana, que una y otra vez se pregunta por las cosas que la rodean, eludiendo la tentación de extraer conclusiones, de fijar una lectura, de guiar, pero no de abrir espacio para la indagación ante lo que se resiste a ser reducido a una mera prolongación de nuestra subjetividad. "Éste es el mundo // de objetos, simulando / interés por sus propios asuntos", dice. Investigación, entonces, para constatar extrañeza, perplejidad, pero también asombro y maravilla: "Uno debería haber admirado una obra compuesta / de elementos tan oscuros y ambiguos / por su durabilidad". O: "Pero si las fallas / son las madrigueras // que la estrategia busca / para esconderse, // entonces no sabes / qué estás preguntando".

Pero Armantrout no cesa de hacerlo. Sus poemas evitan siempre el cierre y la sentencia; en cuanto siente que se adentra en el terreno de la explicación, por provisional que ésta sea, corta y pasa a otra cosa. El lector encontrará innumerables ejemplos de esta práctica en la antología, pues se trata del núcleo constitutivo de una escritura que al percibir la experiencia como "incompleta", intenta "asomarse a lo que falta". Así lo reconoce la propia autora, que manifiesta un permanente interés por colocarse a sí misma a punto de decir algo, sin llegar a decirlo casi nunca; o diciéndolo con el convencimiento de que no hay un único centro irradiador, y de que la posibilidad de significación (del poema, del mundo) depende de una red de múltiples puntos, todos significando al mismo tiempo y en sentidos, muchas veces, contrapuestos. De ahí que sus poemas puedan ser vistos como pequeños insectos que detienen su vuelo sin previo aviso y después reemprenden la marcha en otra dirección, como atraídos por una nueva y más intensa fuente de luz. O que ella se autorretrate "cosiendo, enhebrando agujeros / con un hilo invisible".

El resultado es una poesía que se despliega como incógnita, pero no como misterio, pues acepta un orden impenetrable como cierto sin creer que su oscuridad sea la prueba de ninguna actividad suprahumana; un orden que se nos escapa porque es ajeno a nosotros, pero no superior, y ante el cual la labor indagatoria no puede acometerse más que a base de tanteos. Debido a la constitución heteróclita de los materiales con que Armantrout trabaja, y a que su mirada está volcada casi siempre hacia el exterior, sus composiciones asumen con naturalidad la idea de lapsus, pero más como nutriente que como consecuencia de su poética de la probatura. El último poema de la antología, "Errores", lo deja meridianamente claro: "La persona asegurará / que ha sido llevada / al sitio equivocado. / Que la habitación / a donde la traen de regreso / no es la habitación que ella dejó. / Que esas idas y vueltas / le suceden / a otra persona, / se están intensificando / dirigidas por un mecanismo / secreto. / Que ella necesita contarle / a alguien".

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