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Recuerdo lúcido de la carnicería

La verdad despojada de Mercedes Núñez Targa en El valor de la memoria

Recuerdo lúcido de la carnicería

Las vidas del puñado de personas que lucharon en la guerra civil española en el bando perdedor, padecieron luego cárcel, lograron escapar hacia Francia para resistir allí al nazismo, fueron apresadas y conducidas a campos de concentración y consiguieron volver de entre los muertos, como las vidas de los héroes legendarios, tienen un tono igualatorio. Sus memorias tienden a contar con una serie de referencias comunes: la detención, el traslado, los interrogatorios, la tortura, la conducción en vagones de ganado hacia los campos de concentración, hacinados, con escasa comida, sin agua y con un recipiente a rebosar de excrementos tras varios días de viaje; la llegada, el despojamiento, los perros, los guardias SS, la violencia gratuita y la deshumanización.

Por todos esos hitos pasa también Mercedes Núñez Targa (1911-1986), una catalana de padre gallego que pertenecía a la pequeña burguesía barcelonesa y, en principio, no parecía destinada a la vida de militancia y sacrificio que llevó. Joven deportista, políglota, con educación musical y estudios de comercio -como tantas otras jóvenes modernas en aquellos prometedores años treinta-, decidió ponerse a trabajar en un laboratorio cinematográfico con dieciséis años, y desde entonces el alejamiento de la mentalidad católica y burguesa de su familia no haría más que aumentar. Fue secretaria a tiempo parcial de Pablo Neruda durante el tiempo que este estuvo como cónsul de Chile en Barcelona y pasó de las asociaciones de corte anarquista al comunismo, afiliándose al PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña). Llegada la guerra civil, trabaja en la burocracia política y finalizando la contienda se marcha a La Coruña para intentar rearmar el Partido Comunista en Galicia. Es entonces, el 10 de noviembre de 1939, cuando la detienen en una operación que descabezaba los intentos de reimplantación del partido en todo el norte peninsular.

A partir de este momento comienza lo que nos cuenta en los dos libros que ahora se reúnen en un solo volumen. El primero, "Cárcel de Ventas", fue publicado inicialmente en 1967 en Francia, y el segundo vio la luz en catalán en 1980 -"El carretó dels gossos", se tituló- y Renacimiento lo editó en 2011 en castellano bajo el cambiado título "Destinada al crematorio".

Dueña de una prosa sobria y directa, Núñez Targa cuenta años después lo que pudo contemplar y escuchar en la cárcel de Ventas tras ingresar en 1940 . Algunos de sus capítulos, como "Las ratas", donde tenemos noticia de una madre que defiende un montón de cadáveres de niños de los ataques de estos animales, dejan chiquito el innovador tremendismo de las novelas de esos años.

Tras su liberación en 1942 -por un error burocrático- escapa a Francia y en "Destinada al crematorio" nos narra su periplo hasta recalar en el campo de Ravensbrück, a unos ochenta kilómetros de Berlín, primero, y después en el campo de trabajo de Leipzig-Nordwerk, donde fabrican obuses para la empresa HASAG -una de las que más se aprovecharon de la mano de obra esclava- del que sería liberada el 14 de abril de 1945.

El objetivo de Mercedes no es "hacer obra literaria, sino decir la verdad". Y una verdad despojada de florituras, transparente y contundente, pero cargada de matices y con un natural sentido del relato, vemos levantarse en los dos libros que reúne El valor de la memoria.

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