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Libros

El romance contemporáneo

Anna Gavalda relata vidas jóvenes que han perdido el valor de luchar

El romance contemporáneo

El libro consta de dos novelas cortas, "Mathilde" y "Yann", que narran la situación que viven dos jóvenes franceses en el París contemporáneo. Son dos historias separadas, que tienen en común la desesperación propia de una persona joven y sobradamente preparada en un trabajo provisional, mal pagado y que no tiene nada que ver con la carrera universitaria cursada. Estos jóvenes frustrados alcanzan el equilibrio emocional después de una experiencia frontalmente diferente a lo que ha sido su vida hasta ese momento.

Mathilde inicia su particular búsqueda del amor soñado cuando un desconocido le devuelve el bolso que había perdido, en el que no falta ninguno de los objetos personales añorados durante un largo fin de semana. Esto confiere al personaje masculino la categoría de donante, de ser especial que podría cambiar la maltrecha trayectoria vital de Mathilde, y ésta indaga sobre su paradero por todos los restaurantes de París. Es curioso que hace sólo un mes reseñábamos aquí otra novela francesa, La mujer de la libreta roja, de Antoine Laurain, con la misma trama, si bien con un estilo narrativo muy diferente, un lenguaje más condensado y una estructura más arriesgada. En la obra de Laurain era el hombre quien buscaba a su dama, pero la pesquisa se iniciaba también con una intención amorosa y a través de los objetos contenidos en un bolso de mujer.

Gavalda sigue, intencionadamente o no, los pasos básicos del romance tradicional, con una narración "cuajada de aventuras y coincidencias, de sorpresas y de hechos maravillosos", en palabras del crítico inglés David Lodge. Las aventuras y los hechos son más bien pedestres en "Mathilde", dado el tipo de novela en que se inscriben, pero a los ojos de la protagonista se revisten de acontecimiento singular.

Si tenemos en cuenta el objetivo con que inician su vivencia los jóvenes contemporáneos, entenderemos de qué manera ha perdido valor el fin por el que luchar. Dice Yann: "Conseguí un contrato indefinido (sí, un contrato indefinido, el Anillo Único, la Black Lotus, el Grial, qué digo, el Santo Grial)". Gavalda desentraña en párrafos de unas pocas líneas y con mucha ironía los problemas contemporáneos, la preparación y el estudio que se exige a la gente joven y los pocos alicientes con que se recompensan sus esfuerzos. Valga un ejemplo: "Dado que los polos se están derritiendo, que se ha indemnizado a los banqueros, que arrancan los bancos públicos para que no se sienten los vagabundos? ¿para qué molestarme en labrarme un porvenir en un mundo así?".

La búsqueda de Yann no es itinerante ni aventurera en ningún sentido. Él encuentra la fuerza para cambiar la trayectoria de su vida en casa de unos vecinos, en una velada en la que su contribución es puramente pasiva. Pero su mente entra en lo que Lodge, de nuevo, denomina el "striptease narrativo", el juego en que la mente del personaje y la lectura de la obra avanzan y retroceden en su discurso y posponen la revelación definitiva hasta el final. Yann tarda en comprender y comprenderse, pero, como buen héroe épico, al igual que Mathilde, da el paso definitivo hacia un cambio posiblemente transcendental. El libro termina con estas tres líneas, aplicables a ambas partes, a Mathilde y a Yann:

- Vamos, arranca a ver qué tal.

Y he arrancado.

A ver qué tal.

La autora, Anna Gavalda, francesa, que se inició como periodista, ganó ya en 1992 el Premio France Inter con La carta de amor más hermosa. Cuenta con una amplia obra de relatos y novelas publicadas y sigue practicando el periodismo. Se le ha comparado con la escritora estadounidense Dorothy Parker (1893-1967), posiblemente por su estilo desenfadado y aparentemente trivial, pero claramente engarzado en la sociedad del momento y en la historia de la literatura.

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