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Arte

La tensión lírica de Ramón Isidoro

El pintor astur-leonés prolonga su búsqueda en La estrategia del aire, que expone en Madrid

"Párpados del mar", una de las piezas de Ramón Isidoro.

Un total de once piezas reúne Ramón Isidoro, pintor leonés (Valencia de Don Juan, 1964) afincando desde muy joven en Asturias, en La estrategia del aire. Una exposición en la sala madrileña Puxagallery con la que su autor, artista de un muy reconocible estilo por su fidelidad a un lirismo plástico de gran limpieza formal, prolonga un coherente recorrido del que ya dejó seña en la muestra que colgó en el verano del año 2014 en la sala gijonesa Gema Llamazares bajo el título "Pinturas de estos y otos días" y, también, en el Museo de Bellas Artes de Asturias.

Ramón Isidoro, muy interesado por las relaciones entre obra de arte y espacio (y con una cierta querencia escenográfica), despliega en "La estrategia del aire" un proyecto específico para la sala madrileña. Insiste, sin embargo, en una fértil línea de investigación y trabajo que le ha mantenido ocupado en los últimos años: una obra que sea a la vez pintura e instalación y se prolongue, al igual que la escultura, en soluciones tridimensionales.

El artista, en cuyas indagaciones plásticas vienen decantándose las lecturas de poetas mayores como Paul Celan, ocupa el primer espacio de Puxagallery con tres piezas que son originales intersecciones de pintura y foto retroiluminada. En el segundo de los espacios de la sala madrileña, Ramón Isidoro propone obras en las que combina sus delicadas bases pictóricas, de exquisito tratamiento, con espejos negros o de color mate. El propio espectador es incorporado a estas piezas mediante un sutil juego de carácter metapictórico. "No me interesa el reflejo puro, sino el que se produce después del tratamiero con veladuras", dice el artista.

Afirma Ramón Isidoro que en "La estrategia del aire" hay, asimismo, homenajes y guiños a algunos de los pintores más carismáticas de una tradición en la que él quiere insistir: de Friedrich a Goya, pasando por Turner. A mí me ha hablado igualmennte de su gusto por las pinturas de "La España negra", de José Gutiérrez-Solana. Pero el pintor astur-leonés huye de lo narrativo. Lo que le atrae es la vibración del color regalándonos una desusada tensión poética.

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