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La Brújula

Una minuciosa investigación de la génesis de Sherlock Holmes

El detective más famoso de la historia fue, en realidad, hijo de dos médicos. Su primer padre, claro, fue el médico escocés Conan Doyle (1859-1930). Instalado en Portsmouth, Doyle fue encontrando tiempo para escribir cuando un matrimonio afortunado y la buena marcha de su consulta borraron ciertas penurias iniciales. Doyle se sabía a Auguste Dupin, al Lecoq de Gaboriau, al Bucket de Dickens y al Cuff de La piedra lunar, pero intuía que un detective del siglo XIX había de ser un detective científico. Y aquí entra el segundo médico, el doctor Joseph Bell, su profesor favorito en la facultad, notable por su capacidad para afinar diagnósticos mediante la observación de todo tipo de detalles en la vida de sus pacientes. El investigador literario Michael Sims ha buceado con mente ágil y pluma seductora en la vida de Doyle hasta recomponer cada pieza del enigma Holmes en Arthur y Sherlock. El resultado es magnético.

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