Los jugadores del Oviedo no tienen que obsesionarse con los demás. Con que se preocupen de sí mismos les bastará para cumplir con el gran objetivo del equipo esta temporada: el ascenso a Primera. ¿Por qué? Porque como demostraron ayer ante la Ponferradina tienen calidad y, además, cuando se empeñan, forman un bloque compacto difícil de superar. Ya lo demostraron con Sergio Egea de entrenador, permaneciendo doce jornadas sin perder. Y lo volvieron a hacer ayer con el nuevo técnico, David Generelo.

Necesitaba el equipo azul un triunfo contundente y convincente para recuperar la autoestima tras tres derrotas consecutivas. La Ponferradina le facilitó las cosas. El equipo leonés -a diferencia del Valladolid hace quince días- le dejó demasiados espacios al Oviedo, le permitió jugar con comodidad, y eso, ante unos futbolistas de la calidad de Míchel o Susaeta, fue una temeridad que pagó muy cara. Porque fueron tres goles, pero pudieron ser más, ya que hubo disparos a los palos y oportunidades clarísimas falladas.

Generelo aprobó con nota su primer examen en el Tartiere. Y lo hizo en una jornada muy especial para el oviedismo, en el partido conmemorativo del noventa aniversario de la constitución del club y ante el máximo responsable de la entidad, Arturo Elías (yerno de Carlos Slim, máximo accionista de la sociedad), que esta misma semana le ratificó en el cargo hasta final de temporada.

Que a un sector de la afición no le sentó nada bien la marcha de Egea es algo evidente. Pero a pesar del protagonismo que en la dimisión del anterior entrenador tuvo parte de la plantilla (al menos eso es lo que dijeron los gestores del club), no ha habido gran distanciamiento entre la grada y los jugadores. Eso sí, los seguidores azules han señalado a tres futbolistas, a los que responsabilizan de lo sucedido (José Fernández, Erice y Linares). Pero, por lo visto ayer, da la sensación de que el enfado es momentáneo, pasajero, y que si el equipo continúa respondiendo este malestar no tendrá recorrido. El oviedismo confía en el propietario del equipo. Y aunque siempre estuvo al lado de Egea y le disgustó que se fuera lo cierto es que no va a hacer de ello "casus belli". Este capítulo se cerrará definitivamente si los buenos resultados continúan acompañando. El Oviedo ha regresado a la senda del triunfo. Y el próximo lunes, en Bilbao, ante el filial de Athletic, tiene Generelo la oportunidad de seguir ganando credibilidad ante la afición azul. A diferencia de otros, él no tiene apenas margen para el error. Es lo que sucede cuando te haces cargo de un equipo al que se le exige lo máximo en la parte final del campeonato.