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Fondo Norte

Un equipo sin balón

Los rojiblancos apenas crearon peligro al Celta, pero casi empatan en un penalti de Cop

Tras el penalti señalado en contra del Celta por agarrón claro a Cop, que marcó el lanzamiento, estaba claro que cualquier roce en el área del Sporting podría acabar en pena máxima. Así fue, una entrada al balón de Amorebieta, una caída del delantero local y Iago Aspas desequilibró el marcador y consumó la segunda derrota consecutiva de un Sporting que no jugó un buen partido, pero por lo menos compitió de tú a tú. La decepción del Calderón no queda olvidada, pero sí difuminada en la niebla de los malos recuerdos.

El Sporting de Vigo, damas y caballeros, señoras y señores diputados, no jugó bien porque para jugar bien hay que tener el balón. Y no lo tuvo casi nunca, por lo que las oleadas celestes eran continuas. El primer aviso local llegó en el primer minuto, en el primer saque de esquina, con remate de cabeza franco de un jugador local que mandó por encima de la portería de Cuéllar. Sin balón ni se puede jugar bien ni, por tanto, tirar a puerta. El primer tiro rojiblanco llegó en el minuto 27 de partido, en una falta que Víctor Rodríguez mandó con intención, pero el balón se le fue alto y desviado. A continuación, el mismo jugador hizo una buena jugada, pero volvió a rematar fuera mientras Viguera reclama un penalti por agarrón, pero Melero miraba las islas Cíes.

El empate sin goles del descanso consumaba la racha más larga del Celta sin marcar en su campo. Los vigueses salieron con más ímpetu en el segundo acto y dominaban por completo a un Sporting desaparecido en el centro del campo y en el ataque. El gol llegó en una jugada por la derecha de Sisto, con pase a Hugo Mallo, que tiró con la fe del converso, el balón le pasó a Cuéllar por debajo del cuerpo en una jugada en la que el portero pudo hacer más.

El gran timonel procedió al ritual de los cambios que parecieron dar resultado. Un agarrón a Cop dio para el empate, que en aquellos momentos sabía a gloria a la vista del desarrollo del juego. Quedaban doce minutos, más el descuento, y el Celta volvió a la carga. En una jugada intrascendente apareció el penalti de la compensación, protestado como era obligado por el banquillo. Nacho Cases se llevó la amonestación, previa a la derrota de un Sporting que no fue capaz de frenar a un equipo en clara crisis de remate.

La sensación que deja el partido del miércoles es agria por el mal juego y por la aparición del factor arbitral en el camino rojiblanco. Ya sólo queda el trago de la llegada del Barcelona al Anfield del Piles para cerrar una semana que no tiene que dejar huella en el equipo rojiblanco. Habíamos quedado en que si el Sporting no sumaba ningún punto en esta semana no pasaba nada. Va camino de ello, y no pasará nada. Porque lo que importa es que el gran timonel y los suyos recuperen la normalidad, alejados de la necesidad de rotaciones y probaturas. Salvo milagro impensable pasado mañana, el equipo va a cerrar el triduo de partidos con muchos goles en contra y muy pocos a favor. Todo viene de la desgraciada tarde del Calderón. Lo de ayer no fue gran cosa, pero el resultado no se resolvió hasta muy tarde. Algo es algo a la espera de Luis Enrique.

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