El tiempo está loco y es posible que a la hora del partido de mañana la temperatura y el cielo estén empatados entre Málaga y Gijón. La costa del sol en octubre fue la asturiana con el Muro a rebosar. Los pronósticos de los paseantes -mientras bajaban colesterol- se centraban en las posibilidades del Sporting en La Rosaleda: "Un puntín como en Granada", decía un "playu" en la zona de Bellavista. No sería mala cosa: tres puntos de nueve ante el trio andaluz. Quién no se consuela es porque no quiere. La "Mareona" tendrá alguna representación en la noche del viernes. El Imserso ya tiene a sportinguistas disfrutando de sus ofertas en la capital malagueña. Incluso es posible que el jubilado dueño del club, Fernández I, asome discretamente por el estadio de su retiro favorito. La muchachada de la tercera edad tiene en la Costa del Sol uno de sus destinos preferidos. El otro es Benidorm que aún no tiene equipo en Primera. Si no lo consiguió en época de Eduardo Zaplana, como Alcalde, lo va a tener crudo en el sucesivo. En Málaga hay sitio para todos: árabes, ingleses, rusos y gentes de diez mil raleas que cantaba Serrat en "Fiesta".

El problema de la (banda) izquierda Abelardo parece que lo ha resuelto. Ya quisieran otros arreglar ese carril político. Ahora sólo queda acertar con las teclas del centro y el remate. De las tres condiciones básicas para un buen delantero: continuidad en la alineación, creación de oportunidades y remate a gol. A Viguera solo le falta una: la decisiva. El pichichi del Alavés en Segunda -como el deseado Sergio León- está ante la temporada de su resurrección en el área. Frente al Granada y Sevilla ya hubo oportunidades, clamorosas incluso.

El Sporting se puede consolar viendo el descosido en defensas "champions" en la última jornada de competición. Barça, Madrid y Atlético estuvieron contra las cuerdas. Cuidado que en Sevilla -el próximo domingo- los de Luis Enrique pueden sufrir una humillación similar a la del Manchester de Pep. ¿Hablamos de las ausencias de Iniesta y Piqué? Siempre habrá titulares y reservas. Las plantillas pueden ser largas y atractivas como un menú de Ferran Adriá, pero la carta básica incluye: primer plato, segundo y un sencillo tentempié.

En el vestuario del Sporting la sensación cromática ya no es la nueva equipación. La explosión de colores de Ndi nada tiene que envidiar a Dani Alves. Es el primer paso para que algún astuto intermediario pueda colocar al camerunés en el mercado inglés. Burgui -ex del Espanyol de Barcelona- tampoco se corta, o sí, el pelo en el salón del estilista que trata los cabellos de Messi. En eso pueden coincidir, pero ahí se acaban las extensiones.

El Oviedo de Hierro y Asociados no se anda con juegos: sencillamente gana. O como mal peor empata. Está en posiciones cercanas al objetivo. Del juego bonito ya hablaremos la próxima temporada. La presentación del equipo en el Teatro Campoamor debería ser el primer acto de una temporada que sería perfecta si finalizara a los acordes de la marcha triunfal de Aida. El domingo ante el Lugo los "tapines" y la arcilla -oculta en los bajos fondos- pueden hacer del partido algo épico.

El que sigue muy cuerdo es Tejero. Él, a lo suyo: a entretener la deuda del Real Avilés. Si no hay recalificación, no hay alineación cobrando al día. En una de estas el Suárez Puerta le cantará: ¡búscate un chino, Tejero, búscate un chino! Pero ni un vecino de Cantón se fiaría de una operación de venta con ese propietario.