Tras la victoria en Éibar parecía que el Sporting aún tendría alguna oportunidad de llegar vivo a la última jornada, pero una vez más, al margen de los errores propios acumulados en toda la temporada, los árbitros nos volvieron a perjudicar gravemente con decisiones incomprensibles en los partidos de los rivales directos: mano clarísima de un defensor del Leganés ante el Athletic de Bilbao y agresión, en la primera parte, del portero Lux a un jugador del Villarreal, con penalti incluido. En ambas jugadas, fáciles de pitar, los árbitros eligieron no hacer nada. Sólo con esto y con los dos puntos que el árbitro nos robó ante Osasuna, aún habría posibilidades.
Con ello, me limito a decir que no hace faltar tirar del vídeo y basta con coger los últimos ejemplos de cómo hasta el final los errores de los árbitros nos han puesto la puntilla sin piedad.
Al margen de esto, que la gente parece no querer recordar, el Sporting hizo una mala temporada, con unos fichajes que, en líneas generales, no elevaron el nivel y que como conjunto pocas veces se encontró cómodo.
El partido ante el Betis fue un poco el espejo de toda la temporada, con fallos garrafales en defensa y un equipo con poca intensidad, que defiende mal y presiona peor.
Ahora toca prepararse para el infierno de Segunda, que es una categoría con una tremenda igualdad en la que el ascenso va a estar muy caro.
Confiemos en que se acierte en los fichajes, que deberían ser pocos pero de calidad.
