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Fondo Norte

El verdadero papel del entrenador

El Sporting abre la era Paco Herrera, a quien habrá que desear todos los éxitos del mundo

El que no rejuvenece es porque no quiere. El retraso en el acuerdo entre el Sporting y Paco Herrera debido a "unos flecos" llevaron a algunos a hace décadas, cuando los acuerdos estaban, como ahora, pendientes de flecos y los jugadores recién llegados "apuntaban maneras". Maneras tiene que apuntar Paco Herrera, de larga trayectoria en los banquillos, siempre en activo y con triunfos sonoros. Los mismos triunfos que tuvo en su primer año en el Sporting cuando se echó al equipo al hombro y lo llevó a los puestos de privilegio. Luego el jugador y el equipo terminaron pasando los apuros que siempre pasaba aquel Sporting. El inolvidable Liomi escribió de Herrera que "era el nuevo Pirri", y bien que lo pareció en los primeros tiempos de su etapa gijonesa.

Ahora vuelve como entrenador. En su regreso bueno será recordar lo que sostenía el clásico Rovi. "Al entrenador se le ve los domingos en la dirección del equipo. Por semana se trata de aplicar el libreto, y eso lo hace cualquiera. Pero cambiar un partido con un cambio de jugadores o con una orden desde la banda es lo que califica al buen entrenador", afirmaba a quien quería escucharlo, que eran muchos porque de fútbol lo sabía todo. Eran los tiempos en los que los entrenadores apenas salían de los discretos banquillos de entonces. Alguno salía, pero era para engañar a la grada. El llorado José Manuel, pareja en la media de Herrera, recordaba los ahogos que en un tiempo le hizo pasar Pasieguito. La grada se quejaba de que el Sporting se echaba muy atrás en cuanto tomaba ventaja. Los aficionados se quejaban de José Manuel, que era el cierre de entonces. Cuando los silbidos arreciaban, Pasieguito salía del banquillo y se dirigía con gestos claros a José Manuel pidiéndole que se adelantara. El pueblo fiel aplaudía, pero no se veía el siguiente gesto del entrenador, ya escondido en el banquillo, que reclamaba al jugador que se fuera hacia atrás, a las cercanías de Castro. La grada se volcaba en contra de un obediente José Manuel, cumplidor de las órdenes que le llegaban del banquillo.

Los entrenadores de hoy siguen los partidos de pie en la llamada zona técnica y son muy pocos los que apenas se sientan en el lugar que tienen reservado. Hoy, el libreto de la semana lo saben de memoria ayudantes y especialistas. El libreto del fin de semana, distinguido público, es otra historia. Hay que dar la bienvenida a Paco Herrera y desearle todos los éxitos del mundo, por semana y el domingo.

Si pregunto, ¿molesto?: ¿qué le dijo Esuperio a Exuperancio en el encuentro que han tenido estos días? Próxima parada, Capuchinos.

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