Arturo Elías, la voz de Carlos Slim, le dijo en las primeras horas del día de ayer a Juanma Castaño en las ondas de la Cadena Cope que no estará en El Molinón porque se va a Estados Unidos al tenis. Esa elección de viaje me llamó la atención y en ese instante recordé cómo el dueño de nacionalidad china del Espanyol se marchó un viernes de Barcelona cuando ese fin de semana su equipo se enfrentaba al Barça de Luis Enrique en su estadio de Cornellá.
En las primeras horas de la mañana de ayer me encontré y leí en un diario de tirada nacional una página que dos titulares muy llamativos: "El derbi de la tensión..." (Sporting-Oviedo) "?y el derbi de la hermandad" (Leganés-Getafe). Estaba bien presentado, pero no me agradó.
Además, llevo toda la semana escuchando y leyendo que los protagonistas del gran derbi de esta tarde en El Molinón son los ultras de siempre y no los jugadores y los entrenadores de los dos equipos.
Por suerte, he visto estos días como muchos han saltado a los medios a poner cordura. Lo digo porque posiblemente desde fuera todo se vea de otra forma y Madrid está fuera de Asturias, aunque los que viven en la capital de España quieren con locura Asturias.
Mi "Brujo" Quini lo dijo ayer en estas páginas: En este mundo del fútbol y de la vida "desgraciadamente las redes sociales tienen bastante protagonismo". ¡Ojo! Esto es para los malos y para los buenos. Si los ultras las utilizan, los coherentes han de utilizarlas más y los clubes también. Un partido como el que van a jugar Sporting y Oviedo no puede ser para el fútbol español un encuentro con tensión. Debe ser un buen ejemplo más de la marca Asturias.
Hay demasiada gente en Asturias luchando por el progreso del Principado desde hoteles, casas rurales, restaurantes, bares, cafeterías, tiendas, pueblos, empresas, concejos y organismos como para que la imagen del derbi de cara al país sea la de los ultras con bengalas y protección policial junto a El Molinón. Si todo lo de Asturias es bueno, el fútbol también debe ser un ejemplo. Me gustaría que así sea y que todos pongan de su parte, porque aún queda tiempo. Estamos hablando sólo de un gran y hermoso partido de fútbol.
