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Fondo Norte

"¿A qué esperas, Paco Herrera?"

Los aficionados reclaman soluciones al problema que tiene detectado el entrenador

El veterano seguidor rojiblanco, más de cuarenta años de carné le contemplan, llega a la sede de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón con las pilas cargadas. Se pone a repasar los periódicos de los últimos días y se planta. "¿A qué esperas, Paco Herrera"?, se pregunta en voz alta cuando lee una declaración del entrenador del Sporting en la que afirma que sabe las causas por las que el equipo no juega bien. Y sigue: "¿Si sabe las causas, a qué espera para poner remedio a una situación insostenible? El año pasado los aficionados aguantamos una temporada de decepción en decepción y en ésta, con el descenso por medio, vamos camino de lo mismo. El aficionado cogió carrerilla y siguió con la posible aparición de Rachid en el equipo titular por la lesión de Sergio Álvarez: "A este Rachid le enseñaron la puerta de salida y ahora resulta que va a ser el sustituto de uno de los puntales del equipo. No hay quien entienda nada de la política deportiva del Sporting, que sólo ofrece decepciones a su santa afición. Porque hay que ser muy santo para aguantar lo que se está aguantando en los últimos tiempos", sentencia.

Las consideraciones del veterano aficionado parecen, sin duda, resumen de las que se están haciendo numerosos seguidores de un Sporting sumido en el desconcierto en las vísperas de la llegada de un Cádiz que viene de ganar al Reus de López Garai. Está bien vista la apreciación de que el mal juego actual de los rojiblancos es continuación del mal juego de la temporada pasada en la que Rubi estuvo al frente de la plantilla durante una buena parte de la temporada. Rubi, lo que es el fútbol, tiene a su Huesca al frente de la clasificación en un logro histórico para el modesto club aragonés. El Sporting, mientras, malvive en una zona regia de la tabla, pero con un fútbol que no ofrece seguridad ni confianza, con un entrenador que promete el ascenso en un tramo de dos partidos, seis puntos, de los que se suma uno. Perdiendo fuera y empatando en casa no hay ascenso que valga. La reclamación a Herrera de que tome medidas para arreglar la situación es de obligado cumplimiento. Pues eso.

Y todo lo anterior en los días en los que Italia se queda fuera de un Mundial sesenta años después. Un partido horrible, de patapún palante, con un árbitro español horrible, Mateu Lahoz, que se tragó cuatro penaltis, dos en cada área, gesticulante y siempre amenazante, han mandado a los tantas veces campeones del mundo al diván de las pesadillas. Suecia es un equipo de juego pobre, pero estará en su vecina Rusia.

Por cierto, si pregunto, ¿molesto?: ¿sabe Esuperio si el castellano leal va a proponer fichajes en enero para arreglar la plantilla del Sporting? Próxima parada, Capuchinos.

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