Una de las cosas que más me gusta de viajar es que sé que voy a volver cuando quiera y que tengo un hogar y una familia maravillosa a la que es un placer retornar.
Este año no he modificado mi estancia en Valdore, disfruté de algunos hijos y algunos nietos, y algunos amigos con los que compartimos fabadas y paellas, sonrisas pero no lágrimas y alguna pequeña excursión.
Descubrí en Sahagún un palacio medieval que no conocía. Los dueños lo llaman "Un paraíso en el camino" y estoy de acuerdo con ellos. Allí estaba el Monasterio de San Benito del siglo XI, en donde vivió el rey Alfonso VI. El llamado "Cluny" español que había venido a España de la mano de una de las mujeres del rey Alfonso, Constanza de Borgoña, con la que tuvo una hija Urraca, que sería reina y sucedería a su padre. Fue esta una reina por la que tengo debilidad. La casaron muy joven, doce años, con Raimundo de Borgoña, con el que tuvo al futuro rey de Castilla Alfonso VII, les dieron unas tierras en Galicia y allí vivieron bastante tiempo, hasta que Raimundo murió. Urraca fue tratada como princesa heredera hasta que Alfonso VI tuvo un heredero con la reina Zayda, entonces dejó de ser interesante para su padre. Pero su hermanastro Sancho muere y ella vuelve a ocupar su puesto de heredera.
Su padre la obligó a casarse con Alfonso el Batallador, rey de Aragon, quería que así se evitaran disputas entre leoneses y castellanos. Pero el remedio fue peor que la enfermedad. La boda tuvo la oposición de la nobleza castellana y de la misma Urraca, que al final tuvieron razón. Urraca declararía que él la maltrataba física y psíquicamente. Todo acabó como el rosario de la aurora. Escaramuzas entre nobles que se unían a Alfonso contra Urraca. Afortunadamente ella luchó valientemente, no en vano la llamarían "La Temeraria". Alguien que malmetió siempre contra ella fue su propia hermanastra Teresa que quería la independencia de Portugal en su propio beneficio.
La situación llegó a un punto sin retorno, así que el Batallador pidió la nulidad de su matrimonio y repudió a Urraca.
A partir de aquí Urraca decidió tomar las riendas de su vida y tuvo varios amantes, el más importante fue el conde Pedro González de Lara con el que tuvo dos hijos. Decidió que no iba a dejar que la manejasen más, estoy de acuerdo con ella. Por eso su fama fue tan mala, los clérigos que contaron su historia la pusieron verde, la ningunearon e incluso decían que había reinado muy poco, mentira demostrada. Aseguraban que era ambiciosa y sin moral. Ella continuó su vida y consiguió conservar todas sus tierras para su hijo. La confirmación de que hacía lo que quería es que murió de parto a los 45 años.
Pues bien, esta Casona de San Benito está muy unida al padre de Urraca, Alfonso VI que murió allí, y a su madre Constanza. Está situada junto al Arco de San Benito, y enfrente están enterrados Alfonso VI y cuatro de sus mujeres. Todo pertenecía al antiguo monasterio de San Benito, uno de los más grandes de Europa. Ahora posee una casa-museo, dentro de una finca de 12.000 metros cuadrados que incluye un salón medieval, un pequeño hotel-posada, la huerta monacal y y un jardín aromático... El salón rojo alberga el mirador real de Alfonso VI. Hay restos del monasterio, una colección de trajes antiguos, la biblioteca con cuadros de gran calidad, y un sinfín de objetos familiares que pertenecen a la familia ahora propietaria del lugar desde hace 240 años. También se celebran cenas medievales. Resumiendo, un lugar para visitar. Participar de una cena medieval y dormir allí después. Yo ya estoy apuntada para la próxima cena medieval y relajarme después en el hotel-posada.
Recomiendo una visita a este hermoso lugar lleno de obras de arte, empapándose de historia.
De vuelta a casa, llegada de mi segunda hermana con sus tres nietos, y sus hijas y familias, celebración va, celebración viene. Fiesta de cumpleaños de mi sobrino Ferdi de un año y de mi hermana, bastantes años más. Nos invitan a todas las familias juntas. Disfrutamos felices de nuestro reencuentro.
