Esta semana acudí al neurólogo para tratar de aliviar mi destartalado cuello (ahora entiendo aquella frase, en desuso, que decía: "yes mas malu que la carne de pescuezu") y en plena consulta con el Dr. D. F. Uría, compañero de colegio y facultad -aunque pipiolo él-, charlamos a fondo con el vano fin de que me relajase. Mientras me iba poniendo el cuello de botox como un acerico me habló de lo merecido que sería una calle para Chema Cabezudo, siempre y cuando no fuera como el vergonzante callejón dedicado al P. Patac, y que cómo en nuestra ciudad a veces se valora en demasía a gentes de escasos merecimientos.
Tras, ¡por fín!, el último pinchazo (por cierto la médica o enfermera era un cielo. Gracias de corazón) y antes de darme las pautas a seguir me comentó que en un libro de texto de esta región leyó lo siguiente: "Severo Ochoa, José Luis Garci y Fernando Alonso son tres ejemplos de asturianos ilustres". No me extraña que lo del pescuezu haya caído en desuso pues ahora estúdiense, al parecer, otres coses. Como diría el maestro Juanra: ¡Hay que se joder!
