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Presidente de la Sociedad Cultural Gijonesa

Honor a Marcelo

El recuerdo de un luchador íntegro e infatigable

Dicen que Marcelo García ha muerto. Pero es conocido que nadie muere mientras se le recuerda, y a Marcelo siempre se le recordará en esta ciudad como lo que fue: un luchador íntegro, infatigable y en primera línea siempre, hasta su última hora. Siempre dando la cara y en vanguardia del compromiso cívico.

Desde que llegó a Gijón de su Sotrondio natal -cuando tenía treinta años, y tras trabajar en el pozo Sotón desde los 14 años- su presencia ciudadana fue constante. Con su labor de minero en La Camocha, de pintor luego, de demócrata represaliado, con su labor en la Sociedad Cultural Gesto y con su presencia en la academia de José Luis García Rúa. Con su tarea de socialista ejemplar? Y con su apoyo muchas veces a la Sociedad Cultural Gijonesa , siempre junto con su compañera Encarna Vega. Con su defensa de cualquier causa justa, en aquellos tiempos bien difíciles -donde estaba prohibida "la expresión oral del pensamiento"- y en democracia.

Concejal del Ayuntamiento de Gijón durante seis años, Medalla de Plata de la Villa en el año 2003, medalla del Principado también, su mayor galardón es el cariño y la admiración de quienes tuvimos la suerte de conocerlo. Honor a Marcelo García. Su ética, su compromiso y su defensa de las libertades y de la cultura popular nos quedan como modelo.

Para las personas de mi generación, ya criados en democracia, y para los que el franquismo y la dictadura era solamente una lejana referencia, figuras como la de Horacio Fernández Inguanzo, Luis Redondo o Marcelo García eran auténticos titanes, ejemplos vivientes de cómo llevar el compromiso social y político hasta sus últimas consecuencias, héroes de un pasado donde la defensa de las libertades, los derechos y especialmente de la decencia, implicaban un compromiso personal inimaginable para quienes no conocimos la oscuridad de la dictadura franquista.

Hoy más que nunca, cuando muchos de los derechos, libertades y especialmente esa decencia por la tanto luchó Marcelo son recortados, vulnerados y despreciados, la memoria de esos titanes, héroes nunca olvidados y de su ejemplo nos sirven para recordar que solo la lucha, el compromiso social y la honradez son el camino para una sociedad justa, democratica y especialmente decente.

Nadie muere mientras se le recuerda, pues parafraseando a Carlos Puebla "te recordamos por que estás vivo y no por que te hayas muerto" y una buena forma para ello es que un espacio público de Gijón lleve su nombre.

Es muy simple, se trata de hacer justicia.

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