La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Opiniones de una ciudadana enfurecida

Las ambiciones políticas de Pedro Sánchez y los planes de Pablo Iglesias

Últimamente Pedro Sánchez, jefe del PSOE -espero que por poco tiempo-, ha llegado al límite del resentimiento y el odio; pero, eso sí, cada vez tiene más ganas de ser Presidente de un país que no le quiere y no creo que le quiera nunca. Está dispuesto a pactar hasta con el moro Muza, lo cual es políticamente incorrecto pero me es igual, antes de llegar a un acuerdo con Rajoy y conseguir que se desatasque el impasse en que vivimos, la zozobra de millones de españoles que estamos horrorizados viendo la situación a la que nos están llevando nuestros representantes. Pero eso sí, pacta cuando la presidencia del Parlamento se le concede al ínclito socialista vasco Patxi López, muy conocido por ser un político de prestigio, responsable de muchos avances en política (díganme uno), sin tener en cuenta que el Presidente Rajoy no presentó a nadie para que se pudiera elegir al candidato del PSOE.

Cada vez que Pedro Sánchez mira a Rajoy las llamaradas de odio cruzan la distancia; y si las miradas matasen, Mariano ya estaría en el cementerio. Le insulta sin dejarle contestar. Le acusa de todo: de corrupción, de robo, olvidándose que su propio partido está lleno de lo mismo. Mejor que lo guardara por el momento para que no le contesten y tú qué, lo cual sería interminable.

Ha llegado a ceder cuatro diputados, dos a ERC y dos a Democracia y Llibertat para que puedan tener grupo propio en el Senado. Esto no va contra la ley, parece ser que forma parte de la cortesía parlamentaria, pero que ayude a semejantes partidos separatistas no es de recibo. Estábamos la mayor parte de los españoles encantados de que hubieran quedado fuera y se fueran a su casa a meditar sus errores y hasta dejaran la política y se dedicaran a plantar lechugas o algo parecido. Pero Sánchez, tan amable con todo el mundo que le pueda dar un voto les ayuda. También dice que no le importaría pactar con Podemos. Me parece que los socialistas se han echado una losa al cuello con este hombre. A mí me tiene hablando sola, claro que yo no soy socialista y con gente así nunca lo seré.

Otros que me tienen enfurecida son Pablo Iglesias y el señor Billetero, perdón Monedero. Han creado un partido de rapacinos, quería decir de críos, de jovencitos que es lo más fácil de hacer. Yo fui profesora durante 38 años y sé lo influenciables que son los adolescentes y los jóvenes, sobre todo si les dices lo que quieren oír. Siempre consideré que no se debería influir a los alumnos con tus ideas, así que siempre insistí en que fueran respetuosos con ellos mismos y con los demás, sin herir a nadie, que se dieran cuenta que la culpa de sus errores era sólo suya y no la pagasen con nadie. Que lo que tenían que hacer en aquel momento era estudiar y aprovechar todos los medios de que disponían, los profesores que nos preocupábamos por ellos y queríamos compartir nuestros conocimientos y nuestra experiencia con ellos. Que olvidasen los odios del pasado, que no había buenos ni malos, que hay que entender a los seres humanos con todas sus flaquezas.

Pero les gustaban más profesores como Iglesias y Monedero, que les hablaban de que la culpa era del Gobierno porque le daba el dinero a la enseñanza privada, y yo les dije alguna vez que si eso fuera cierto -que no lo es- hacen bien porque mirad a vuestro alrededor, la clase llena de pintadas, las persianas, los enchufes deshechos, un montón de sillas rotas en una esquina... La clase de los ordenadores, un desastre: cada día había uno estropeado. Si yo fuera del Gobierno no os daría nada. Luego, aquellos profesores les convencían que las huelgas, las algaradas, las manifestaciones eran estupendas, cada día una, todos encantados de no tener que ir a clase. Odio a los empollones, con lo cual los que destacan callan que se matan: los que estudian y se molestan son proscritos. Los que van bien vestidos y lavaditos son unos pijos, así que todos con melenas largas (lo peor es que sucias), la ropa estrafalaria, encantados de llamar la atención. Con lo cual forman un partido Podemos y todos esos jóvenes se apuntan y siguen sus indicaciones encantados, presumen de hacer lo que quieren. Ya los vemos en el Parlamento, no hace falta que nos digan quiénes son: esas ropas, esos pelos, esa mujer con su bebé, las bicicletas... Vaya por Dios, ahora a mi edad voy a tener que ir en bicicleta porque me van a quitar el coche. Iglesias prometiendo lo que no puede cumplir y todos encantados de haberse conocido y una gran parte de los españoles asustados y algunos enfurecidos como yo. Hagamos algo, por favor.

Compartir el artículo

stats