Leyendo los periódicos de los últimos días es inevitable recordar aquello de "para verdades, el tiempo, y para Justicia, Dios". Divinidades aparte, nuestra palpable condición humana nos obliga a reflexionar sobre qué falla en nuestro país para que más de 20 años después de la intervención de Banesto por el Banco de España, volvamos a ver a Mario Conde ingresando en prisión, siquiera de forma preventiva, por haber cometido presuntamente blanqueo de capitales y delito fiscal (de momento, y sin perjuicio de posterior y más detallada calificación) al haber repatriado más de 13 millones de euros que habría obtenido del famoso desfalco.
No pretenden estas líneas atentar contra su derecho a la presunción de inocencia (que invocamos tanto para este señor como para el más anónimo de los detenidos que hoy harán noche en los calabozos de nuestras comisarías) sino subrayar que vivimos en un ordenamiento jurídico en el que es posible que un ciudadano condenado como autor de uno de los mayores fraudes bancarios que se recuerdan, y que no ha devuelto ni una décima parte del dinero sustraído, haya podido seguir viviendo a cuerpo de rey pese a seguir debiendo, a día de hoy, más de diez millones de euros a la Agencia Tributaria.
Porque haya cometido o no los delitos por los que ahora ha sido encausado, lo que sí es claro es que el siempre dogmático Conde tenía y tiene patrimonio para saldar dichas deudas, sino fuera porque la legislación de este país llega tarde, mal y nunca a poner cerco a esos entramados financieros, que si son descubiertos - los que lo son - es por el empeño profesional de agentes especializados que las más de las veces cuentan con medios insuficientes para desempeñar con eficacia su tarea.
La posibilidad de crear sociedades aun cuando luego no desarrollen actividad alguna, de nombrar administradores o incluso socios que nada tienen que ver con el objeto real de dicha sociedad, por ejemplo, sin que tales actividades estén sometidas a ningún tipo de auditoría, dan lugar a este tipo de corruptelas que en casos como el que nos ocupa imposibilitan el debido cumplimiento de las sentencias de los tribunales. Para aquél que puede, claro. Quizá no sepamos ser justos, pero desde luego, va siendo hora de que aprendamos.
Supongo que recuerdan aquella canción asturiana tan guapa, cuyo segundo verso sirve de título a este artículo: "En mi casa mando yo, y si quiero rompo un platu?y si a mí me da la gana, écho-i un chorizu al gatu?". Pues va a resultar que, además de una melodía popular, era también una canción premonitoria, visto que las cabezonadas e intereses particulares de los elegidos el pasado diciembre para que nos mandasen dominan sobre el principio de la soberanía popular. O sea, que son capaces de obligarnos a votar de nuevo?
-¡Cómo díbamos pactar con esa xentuza!...¿que ye, que los periodistas nun vos dáis cuenta que nun son de fiar, ho?...
-?Pues lo último que vimos ye como usté i arreó un patadón en too´l culu al negociaor del partíu contrariu?y, por lo que tenemos entendío, fue tan fuerte que i dexó el zapatu metíu dientro?
-¿Ah, o sea que ta enteráu d´esi sucedíu, ho?...¿puée creer que, el muy chorizu, nun me lu quier devolver, ho?...¿y que voy facer yo agora con un zapatu desparejáu?...ná, fíu, que ta visto que nun hay mas remediu que dir a otres elecciones, porque nesti país nun hay con quien tratar?
Encima, como nadie está dispuesto a quedar como el malo de la película, se inventan las razones más atrabiliarias para intentar rebotar las culpas a los demás, importándoles un bledo que el truco se note o no?
-Si ye que nun me llamen y, claro: así nun hay quien puea ponése d´acuerdu?
-¿Cómo que nun te llamen?... ¡pero si lleven tres meses llamándote de too!..
-Quiero decir po´l teléfonu, hom?
-¿Y por que nun quiés da-yos el tu númeru, ho?...
-¡Ay fíu, ye que si y-os lu doy adiós intimidá!: a los dos días empiecen a telefoneáte a toes hores, faciéndote ofertes de llibros, de cambiu de compañía llétrica, de tarjetes de créditu?
-¿Entós, por qué nun los llames tú?...
-¡Home, ya!... ¿y pagar yo la llamá, ho?...¡tiénenlo claro esos mamones!...
Encima y para acabar de agitar el cóctel molotov, en los últimos días brotan como setas de otoño las noticias de escándalos de todo tipo, algunas bien aderezadas con mediáticas detenciones por corrupción?
-?Y a esti paisanu que traémos esposáu lu pillamos faciendo "exhibicionismu financieru" en les inmediaciones de la Bolsa?
-¿Cómo que "exhibicionismu financieru", ho?...
-Pues sí: cuando pillaba descuidá a la xente que diba pa la Bolsa a facer negocios, arrimábase a ellos, se abría la gabardina y enseñába-yos les acciones y participaciones de sociedaes radicáes en paraísos fiscales que llevaba pegáes al jersey?
-¡Qué sinvergüenza!...¡¡hala, pa Villabona a purgar esos pecaos tan gordos!!...
Como todavía no se ha olvidado lo que sucedió en Cataluña tras las últimas elecciones, pues parecía que no había ninguna posibilidad de matrimonio político y al final se han organizado en plan orgía secesionista, los analistas mas sesudos sospechan que alguien se está guardando una carta en la bocamanga?(resulta un poco raro, habida cuenta de que juegan al parchís, pero como el absurdo es marca de fábrica de la política patria, pues?)
-?Pues yo nun toy tan seguru de que nos vayan facer votar otra vez?¡pa mi idea que esos son capaces, a última hora, de sacar un coneju de les bragues!...
-¡Hala, burru!...¡¡será de la chistera!!...
-¡Home ya!...¡¡como que tamos pa chistes en esti país!!...
