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Caballos de Troya del siglo XXI en Europa

Un estatus necesario y obligatorio para la integración de los refugiados que llegan al Viejo Continente huyendo de la guerra

Hace pocos días, estaba paseando por la calle Corrida de nuestra ciudad y me abordaron dos personas que, sin hablar ni palabra de castellano, me entregaron un tríptico de tipo informativo titulado "La Paz y la Seguridad Mundial" publicado (con una impresión de excelente calidad) por una asociación islámica, con sede en Córdoba.

Tras leer con interés el contenido de este tríptico y comprobar su encarecida defensa de la religión islámica, me surgieron algunas preguntas y reflexiones que deseo compartir con los lectores de este artículo.

En primer lugar, me pregunté si podríamos desarrollar la misma labor de divulgación y defensa de la fe cristiana en el centro de Riad o Teherán. Sinceramente, me temo que no y, por consiguiente de entrada, la cultura cristiana occidental está en desventaja con la cultura islámica musulmana puesto que no contempla ni los derechos ni las libertades (incluyendo la libertad de expresión) del mundo occidental.

En segundo lugar, ¿quién financia esta actividad de proselitismo islámico y con qué fin? Ignoro la respuesta a la primera parte de esta pregunta, pero intuyo que se trata de una asociación legal asentada en Córdoba y con diversas posibles vías de financiación.

Respecto a la segunda parte de la pregunta, parece obvio que el único fin de este escrito es confirmar que el Islam es una religión que fomenta la paz entre todas las confesiones religiosas y que condena la violencia; lo cual es digno de alabar y de agradecer.

Sin embargo, del mismo modo que algunos párrafos del tríptico están inequívocamente orientados en este sentido, ensalzando valores tales como la honestidad, la integridad y la justicia para poder establecer una paz duradera con respeto a la vida de cualquier ser humano; posteriormente, efectúa unas afirmaciones que, cuando menos, me resultan históricamente cuestionables, tales como: "Si alguna vez los musulmanes participaron en una guerra fue puramente defensiva y su único objetivo fue detener la crueldad de sus opresores". En este sentido, pienso que Don Pelayo y los Reyes Católicos estarían muy contrariados dado que la mayor invasión de la Península Ibérica fue musulmana, implantando sus califatos y con un área de influencia que llegó hasta tierras asturianas.

Incluso más, mayor preocupación me produjo otra afirmación que cito textualmente: "La gravedad de la situación es tal que una Tercera Guerra Mundial puede empezar en cualquier momento; de hecho, la Tercera Guerra Mundial ya ha comenzado a pequeña escala". Probablemente, el autor de dicho discurso se refiere al conflicto bélico de Siria con todas las consecuencias que conlleva, incluyendo la inmensa oleada de refugiados concentrada a las puertas de la Unión Europea; pero me invade la duda sobre si se trata de la premonición de un "iluminado" o de una sutil amenaza; y, en tal caso: ¿a quién?

Personalmente, ignoro la identidad y el peso específico dentro del mundo islámico del personaje que ha efectuado estas declaraciones, al cual no voy a identificar para evitar entrar en personalismos. Pero sí puedo afirmar que en el tríptico se refieren a él como "Su Santidad" e indica que ha sido invitado a dar un discurso en el propio Parlamento Europeo (con foto del acto incluida): Dicho lo cual, admito mi total ignorancia sobre la existencia de santos en el mundo islámico y que pudiera existir otra Santidad aparte del Papa Francisco, cabeza visible de la Iglesia Católica en Roma.

Llegados a este punto, temo que podría existir una "doble intencionalidad" en este tipo de proselitismo sobre las virtudes del islamismo (que, sin duda, las tiene) y que podría enmascarar otras intenciones radicalmente distintas por parte de determinados sujetos entremezclados con la enorme oleada de refugiados musulmanes a los que Europa se ha comprometido en dar asilo, a modo de un "caballo de Troya" humano del siglo XXI.

Desde mi más absoluto rechazo a un discurso xenófobo, pienso que no por ello debemos caer en la ingenuidad de ignorar que dentro del colectivo de refugiados se pueden colar individuos con la pretensión de destruir desde el interior de la UE a nuestro sistema de vida y valores democráticos para, con el tiempo, llegar a imponer sus propias normas y costumbres o su sharía (ley islámica), con la que nos amenazan los islamistas radicales.

Sin duda, procede mostrar el máximo respeto y comprensión hacia estos refugiados que, en parte, van a llegar a España pero, a cambio, se les debe exigir la total integración en nuestra sociedad; sin que se originen núcleos islámicos exclusivos en nuestras ciudades, como desgraciadamente ha ocurrido en un barrio de Bruselas, convertido en santuario y cobijo del islamismo radical.

En este sentido, considero que procedería exigir a todo refugiado que accede a España una declaración conforme desea integrarse en nuestra sociedad, acatando las leyes de nuestro sistema judicial y aceptando las costumbres propias de nuestro sistema de vida, aunque sin renunciar a las suyas propias. De igual modo y tal como está establecido, tras un período determinado, podrían acceder a la nacionalidad española si superan una prueba donde demuestren el correcto conocimiento del castellano, de nuestra cultura y los artículos principales de la Constitución, a la que deben prometer o jurar lealtad.

Este juramento no es asunto menor puesto que debería ser la garantía jurídica para que, en ningún momento, el nuevo ciudadano español antepusiera su condición religiosa a las leyes y normas de convivencia de un Estado laico como España. Básicamente, con una integración completa del colectivo de refugiados se pretende lograr que su segunda generación conlleve ciudadanos españoles de cuna y de plena convicción. A dicho fin, se deben establecer, de entrada, protocolos de acogida que estén articulados entre las autoridades europeas, estatales del país receptor, y autonómicas, en caso de España.

En este sentido y según LNE del 27-4-2016, ante la pasividad del Gobierno central, el Principado de Asturias dispone ya de un Comité de Coordinación Autonómica para el refugiado y ha elaborado un protocolo para su acogida al llegar a nuestra tierra. Según parece, en el protocolo se recogen cuestiones tan básicas como su integración educativa y el cometido de los ayuntamientos en el tema.

En definitiva, tal como tan acertadamente parece actuar el Gobierno del Principado, se deberán tomar las medidas oportunas para evitar la improvisación en un asunto tan serio como éste y establecer una inmigración controlada e integrada que nos prevenga de los posibles "caballos de Troya" humanos que, actualmente, acechan su entrada en la UE.

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