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Director de Proyecto Hombre

Don Carlos, un vasco entrañable

Begoña, una de las hijas de D. Carlos y patrona de nuestra Fundación, con motivo de un homenaje a su padre decía: "Mi padre es corazón, es ternura, es bondad? no sé qué más se puede decir de él". Después de estas palabras si yo fuera sensato y no me dejara llevar por el cariño que tengo a Carlos Sánchez, debería terminar mi escrito aquí mismo pues describe perfectamente quién es esta persona de rostro sereno y blanco bigote, que contrasta con el negro de su inseparable "txapela" y, es que los de Bilbao son así.

Le conocí en el año 1986 junto a otras queridas personas, muchas ya fallecidas, pero presentes en nuestra memoria personal y colectiva. Nos embarcamos en el sueño de poner en marcha Proyecto Hombre, un sueño hecho realidad, que ha ayudado y está ayudando a muchas personas con problemas de adicciones y a sus familias. Como muestra un dato, en estos casi 28 años de existencia, son más de 2.600 personas las que han finalizado satisfactoriamente su proceso de rehabilitación.

Carlos Sánchez es un hombre que ha sabido responder con generosidad cuantas veces le hemos pedido ayuda, siempre desde una honestidad y sencillez envidiable. Ha pretendido dejar el mundo mejor de como lo ha encontrado y puede estar muy orgulloso, porque a su nivel lo ha conseguido. Baste hacer un recorrido por las entidades en las que ha estado ayudando: De Hermano a Hermano, Amigos de Covadonga, Acción Católica, Ateneo Jovellanos, Adoración Nocturna, Asociación Gijonesa de Caridad-Cocina Económica; y Fundación C.E.S.P.A- Proyecto Hombre. En todas ha dejado su imborrable huella.

Hasta el último momento, Carlos ha estado al servicio de Proyecto Hombre, primero como Presidente del Patronato de la Fundación C.E.S.P.A.-Proyecto Hombre durante 10 años y luego como responsable de la comisión económica. En los momentos difíciles, que fueron muchos y de toda índole, su serenidad nos acompañó siempre. Su labor silenciosa y permanente en pro de que Proyecto Hombre de Asturias se encuentre en la mejor condición para desarrollar su trabajo, es de elogiar y agradecer profundamente.

Esta persona de rostro sereno, profunda y tierna mirada, que a pesar de sus años ha seguido haciendo realidad aquella máxima de que hay personas viejas que son jóvenes y jóvenes que son viejos, y es que la peor vejez es la del espíritu. Ahora que nos deja, seguro que el buen Dios, al que ha dedicado su larga vida junto a su esposa y sus cinco hijos, le acogerá en su seno y compartirá con él el secreto de la longevidad.

Carlos amigo, te vas en silencio, sin querer molestar y, aunque el dolor está presente en nuestros corazones, no podemos menos que dar gracias a Dios por el bien que nos has hecho en todos estos años. Supiste escuchar los sueños de las personas, sus miedos, alegrías y fracasos, también sus fantasías y sus problemas, haciendo realidad aquella frase de Camus "camina junto a mí y sé mi amigo". Siempre te recordaremos.

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