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Tormenta de ideas

El caganer

La CUP y otros lobos disfrazados de caritativos corderillos

Lo de Cataluña es como una pesadilla. O como un mal guión con unos pésimos actores. Es simplemente indescriptible. No querría estar en la piel de ningún catalán, que tienen que estar echándose las manos a la cabeza. A ver si nos entendemos. Resulta que eligen un presidente después de agónicos encuentros entre los antisistema de la CUP y los burgueses de Convergencia. Todos contentos. Después, insisto, de decenas de reuniones en las que no salía Artur ni aunque se pegara al sillón presidencial con Loctite. Algo parecido a lo que pasó con Sánchez, que se veía de presidente de esta otra nación que es España, cayera quien cayera, cuando todos sabíamos que era prácticamente imposible.

Pues a Carles Puigdemont le ha pasado lo del refrán, que con quien niños se acuesta, se levanta... que cuando una es mayor se agarra a los refranes, que son muy sabios. Y les salió rana el acuerdo, como los demás españoles sabíamos. Y es que los antisistema no son solo nacionalistas, qué va; van en contra de todo y de todos. Y eso de pagar la deuda, que la paguemos los demás que ellos no piensan. Que de recortes nada, que lo pueden hacer todo: sanidad, educación, infraestructuras... sin pegar un palo al agua y pidiendo, eso sí, a los nacionales (sin ánimo peyorativo) que les demos todo lo que les hemos robado.

Y dice Carles Puigdemont que si lo hubiera sabido, no habría aceptado, y para demostrarlo (es decir, para salir pitando) se va a someter a una cuestión de confianza, que me temo no va a tener. Aquí, como Pilatos, me lavo las manos y si tienen que ir a otras elecciones, pues nada, que lo pagan ellos, no se sabe bien de dónde. Y luego ustedes me perdonarán la frivolidad, pero es que cuando salen Anna Gabriel o Eulàlia Reguant te dan como unas ganas enormes de taparte la cara porque es más que probable que tengas pesadillas. Porque como sea verdad lo de que la cara es el espejo del alma, menudo miedito, porque tienen una cara de pocos amigos y de mala leche terrible, que parece que siempre están enfadadas. Vamos, que no me las quiero encontrar en un callejón.

Pero esto son cosas mías, que últimamente me da por tener pesadillas con tantas elecciones por aquí y por allá, porque lo importante es a dónde va Cataluña si estos siguen dando la vara como la están dando. Que así, señores, empezó Venezuela. La CUP pacta para conseguir lo que desde el primer momento quería, derrocar un sistema e instaurar el suyo, que por cierto, nos tienen que explicar de dónde van a sacar el dinero para todas las mejoras sociales que proponen. Porque de mí, de los españolitos de a pie va a ser que no, sobre todo si no pagan lo que deben, que no olviden ustedes que nos lo deben a todos.

Van a distribuir igualdad, claro que sí, pero en la pobreza, como en el país del que han surgido. Ahora me doy cuenta de lo del "sangrado libre", porque como sigan así, no van a tener pelas ni para tampones o compresas, así que mira qué previsora. Lo dicho, que a este paso en Navidad el caganer será la estrella principal, pero más que nada por hacer cola para comprar el papel higiénico, exactamente igual que hacen en ese país de cuyo nombre no quiero acordarme pero es un pensamiento invasivo: Venezuela. Ese que no puedo evitar me venga a la mente, cada vez que veo a los lobos disfrazados de caritativos corderillos. Dios nos libre.

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