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La comunicación ha muerto

Los móviles y las redes sociales han acabado con las conversaciones de toda la vida

Para mí es una pena porque soy totalmente partidaria de pensar que una buena comunicación ayuda a vivir mejor, a conocer a la gente, a comprender que casi todos tenemos los mismos problemas, a sentir que no estamos solos y abandonados en el mundo, en suma a hacer nuestra vida más soportable.

Pero hete aquí que un día la humanidad se puso muy contenta porque habían aparecido una serie de máquinas increíbles que nos ayudaban a estar en contacto con los demás, estuvieran donde estuvieran. Los móviles eran un invento fabuloso, incluso para mí, reacia a utilizar todos los nuevos inventos. Por fin podía hablar con mis hijos en todo momento, saber si estaban bien, si habían llegado bien a sus destinos, podía ir en un momento si me necesitaban a donde hiciera falta. Recuperé antiguas amistades de las que no había sabido nada en mucho tiempo. Los whatsapp volaban literalmente de mi móvil a los otros y viceversa. Llegados a este punto de gran felicidad empezó el desmadre. Los ipads, las tablets, los facebooks, los tuits, los instagrams y la gente se aferró a ellos con uñas y dientes, sobre todo los jóvenes pero en general casi todos. Todo el mundo pegado a su maquinita infernal, ya nadie habla y el lenguaje de las máquinas infernales es casi un lenguaje de signos. Se da la paradoja que hay parejas en los restaurantes, en las cafeterías que están enganchados cada uno a su maquinita y no se hablan.

¿Dónde quedaron aquellas conversaciones cursis y románticas de antaño? Las del te quiero, y yo más. O las charlas acaloradas, porqué hablabas tanto con fulanito, te reías sin parar, discusiones, peleas, maravillosas reconciliaciones. Ahora nada: juegos agresivos, bombas, puñetazos, monstruos, alienígenas, a cada cual más feo y repulsivo, que no se hablan, sólo se sacuden. Nada de maravillosas historias eternas que se cuentan de generaciones en generaciones. Se acaban los amigos de la infancia de toda la vida, muchas de las amistades se acaban por los malentendidos de los móviles o por la maledicencia de algunos que dejan su huella casi imborrable en la máquina y recorre las ondas en segundos, destruyendo las reputaciones de muchos.

Mientras tanto la comunicación desaparece. El vocabulario se empobrece, la gente no se entiende. Y digo yo, ¿no será esa la causa de que no entendamos a los políticos, ni ellos nos entiendan ni se entiendan unos a otros? Porque lo que pasa en España es incomprensible. Un político dice una cosa y el otro contesta algo que no tiene nada que ver.

El resultado de las últimas elecciones está bastante claro, hay un ganador Rajoy y el PP. No de una manera rotunda, pero con una subida clara y es el que tendría que gobernar, poniéndose de acuerdo en cada cosa que quiera hacer con algunos partidos porque no tiene la mayoría absoluta. Cierto, va a ser difícil pero no le queda otra, desgraciadamente hay un señor, llamado Pedro Sánchez que no entiende el castellano y sigue sin comprender que habiendo tenido los dos peores resultados de la historia del PSOE en España, tiene que pactar, abstenerse para que Rajoy pueda gobernar, ponérselo difícil porque es su deber y dejar que un nuevo gobierno empiece su andadura y que podamos comenzar a funcionar.

Como dice Javier Nart, "con estos bueyes deberemos arar" y punto pelota. Pedro Sánchez no puede seguir diciendo he dicho que no y seguirá siendo "no" . Y mucho peor Pablo Iglesias, que no puede empezar a decir otra vez "Oigan, si Pedro Sánchez se apunta hay números".

Me tienen hasta el mismísimo moño. Por favor, apaguen las maquinitas, recuperen el lenguaje común y comuníquense, olvídense de sus egos, sus filias y sus fobias ¿a que no me entienden? Claro su vocabulario es tan pobre. La mayor parte de los ciudadanos honrados y normales de este país ( ya sé que no somos muchos) queremos un gobierno ya. Nos lo deben.

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