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Días de horror y romerías

El sufrimiento en una ciudad hermosa y las celebraciones en otra igual de maravillosa

Aún no podemos olvidar el horror de la masacre de Niza. Un loco integrista que con un camión se llevó por delante una gran cantidad de personas que estaban pacíficamente contemplando los fuegos artificiales que culminaban las fiestas del 14 de julio en "La promenade des anglais". Familias enteras, grupos de amigos disfrutando del espectáculo. En un minuto ese lugar tan bello se convirtió en una imagen dantesca de muertos y heridos. Las imágenes de los damnificados terriblemente mutilados fueron tales que ni las cadenas de televisión pudieron darlas.

Un chiflado (y ya van tantos) ciudadano francés de origen tunecino, que vivía tranquilamente en la rue des Abattoirs, Mohamed Lahonaiej-Bouhiel, conduciendo un camión blanco, de apariencia normal, embistió a la multitud a gran velocidad, destrozando todo lo que encontró a su paso. Fue un atentado que vivimos todos en vivo y en directo pues todas las televisiones del mundo se personaron allí intentando ofrecer la mejor información posible. Pronto los monstruos de Isis reclamaron la autoría del atentado y como enseñan a sus lobos solitarios a perpetrar hechos como este cada vez más sangrientos, en los lugares y momentos más emblemáticos. Todos nos sentimos tan impotentes porque es todo tan aleatorio.

Yo tenía un recuerdo maravilloso de "La promenade des Anglais", cuando terminé la Universidad me fui un mes de julio a hacer un curso de lengua y literatura francesa de la Universidad dÁix-en-Provence" que tenía lugar en Niza, justo en frente del Paseo de los Ingleses, allí conocí a mi primer amor, una noche recorrimos el paseo, camino de la residencia, cogidos de la mano y parando para darnos cortos y dulces besos y susurrar palabras de amor. La vida nos llevó por otros derroteros pero para mí el Paseo de los Ingleses seguía siendo un hito en mi vida. Estos monstruos han mancillado hasta mi recuerdo.

Mientras tanto la vida sigue y en gran parte de España las celebraciones y las fiestas se suceden. Hay que seguir viviendo y disfrutar lo más posible del presente. En Somió se celebró hace unos fines de semana la romería asturiana tradicional de las fiestas del Carmen y como siempre fue un éxito.

Las fiestas empezaron el viernes 14 con el pregón a cargo de don Félix Fernández Rodriguez, uno de los mejores Presidentes del Club de Tennis de Gijón y el magnífico concierto del Coro Minero de Turón, y las bandas a la Reina infantil, Dama de Honor y Galán. Luego se inauguró la barraca "La Ardillina" de la Comisión de fiestas y las verbenas que durarían los dos días. Los días siguientes hubo de todo, el V Desfile Canino, animación para los niños y la popular chocolatada, el XVI concurso gastronómico, con exquisitas viandas realizadas por vecinos de la parroquia. Merienda popular en la que se entregaron tortilla y empanada a todos los presentes y se repartieron los dulces del concurso. El Domingo comenzó con "La Alborada" y a las 12 la misa solemne, con la Coral de Somio dirigida por Charo Castro Caicoya. Luego la Tradicional Procesión y la entrega a los socios de la Asociación de vecinos "San Julián" del bollu preñau y Xarra de barro y espicha de una pipa de sidra. Subasta del ramu, baile de grupos y para terminar el Tiru con gomeru, el Juegu rana y el juegu llave. Hubo hasta una boda de tronío en la Iglesia de San Julián, un miembro de la familia Sitges, con una novia de ensueño, frágil en su vestido rosado y unos invitados que parecían salidos de un desfile de modelos, sombreros y pamelas maravillosos. De vez en cuando algún invitado se escapaba a nuestra barraca a tomar un vino. Seguro que algún mal pensado diría "estos pijos de Somio se ponen pamelas y de tiros largos para ir a su romería".

Esta fiesta es posible gracias al trabajo y la dedicación de la Junta Directiva de la Asociación de vecinos de Somio, con su alma máter Soledad Lafuente al frente y los voluntarios de Somió que nos ayudan con su trabajo, su esfuerzo y sus ideas. Por supuesto "gratis et amore". Sé que mis compañeros se enfadarán conmigo por decir esto porque encima de trabajadores y altruistas son humildes y no quieren agradecimientos pero yo sé que se lo merecen y deben de tenerlos.

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