No todo lo que llega de Estados Unidos es malo. La fiesta de los difuntos recibe críticas de las posiciones más diversas, pero el "viernes negro", el de los descuentos comerciales, es aceptado de forma masiva. La ciudad, bañada a media mañana por un bello sol otoñal, exhibía una animación callejera en la que influía decisivamente la cita comercial llegada de más allá del Atlántico. La animación podría ser una mezcla de intereses en los descuentos, de la cercanía navideña y del excelente día que amaneció sin rastro de borrasca. A la espera de los balances comerciales de cada firma, parece claro que el invento americano ha dado rendimientos al sector comercial gijonés. Lejos de los cuarenta y tres millones de pavos que se han comido los norteamericanos en el Día de Acción de Gracias, los gijoneses han vivido a tope la cita del viernes más comercial del año y han preparado el músculo comprador para lo que se les viene encima en cuestión de nada.
