Esta cabecera de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón se publicó por primera vez en diciembre de 2005. Estamos pues en su duodécima edición. Tiene como objetivo hacer presente a los lectores la manera de sentir de los artistas ante el viejo año que se despide y el nuevo que entra. Cómo lo afrontan se refleja en las postales navideñas que envían a sus amigos y familiares.
LA NUEVA ESPAÑA ha encargado este año su felicitación navideña a la pintora gijonesa Reyes Díaz Blanco (Gijón, 1948). Utilizando una técnica poco frecuente, como es el gouache sobre cristal, a base de pigmentos aglutinados con goma arábica, Reyes Díaz ha pintado un barco de colores que lleva la cabecera del periódico "Navegando en un mar de noticias", que tal es el título de esta obra que se suma a la colección del periódico. Y son noticias bien frescas, las del año que se fue 2016. Estas noticias forman olas que dicen en letras mayúsculas de distintos colores titulares que hemos leído muchas veces a lo largo del año, como "facilitar la investidura, aplazar la decisión, el salario de los asturianos, quién está en la primera lista provisional"... En internet hay un vídeo que anima esta obra de Reyes Díaz, donde vemos el barco navegando, sobrevolado por el graznido de las gaviotas. Ha sido un acierto por parte del periódico el haber elegido a Reyes Díaz para conmemorar sus 80 años de vida. A muchos sorprenderá este cumpleaños, que nos remonta al mes de diciembre de 1936, cuando LA NUEVA ESPAÑA se inauguró con media docena de páginas. Oviedo seguía asediada, aunque el sitio riguroso se levantó en octubre del 36, por una columna de socorro procedente de Galicia, que abrió un pasillo de conexión, cuando la ciudad estaba a punto rendirse.
Por su parte Paco Abril (Teruel, 1947), el que publicó 1.021 números del suplemento infantil "La Oreja Verde" en LA NUEVA ESPAÑA, de 1989 a 2012, felicita la Navidad con un texto suyo sobre diseño de Ana López Chicano. El texto dice: " 'Voy a pasar con vuestro permiso o sin él', les dijo 2017 a los agoreros que pretendían impedirle el paso. Y nosotros le seguimos, contagiados por su imparable fuerza". El nuevo año está representado por unos pájaros en vuelo que sortean barreras y alambradas. Todo muy propio de un gran cuentacuentos capaz de transmitir que el tiempo pasa volando. Paco Abril publicó en 2015, en castellano y asturiano, mediante la editorial Pintar-Pintar, ligada a la empresa Educa Niemeyer, encargada de dinamizar las actividades de esta entidad, el libro "Mitos de Asturias", donde habla del cuélebre, el nuberu, la xana, el busgosu, y lamenta que estén tan poco utilizados en las artes y letras de Asturias. Y dice que va a continuar exponiendo en escaparates de establecimientos de Gijón, un proyecto que ha llamado "EscapArtes". Ya ha realizado dos, uno en la óptica Piñole y otro en la librería La Buena Letra. El próximo será en la pastelería La Fe y se titulará "Verlos es comerlos". Paco Abril ilustra a base de collages, corta y pega miles de papeles de colores. Son estos collages los que se exponen en escaparates, librerías y otras salas de Gijón y Avilés. Seguirá trabajando para Educa Niemeyer.
Kiker (Enrique Benjamín Rodríguez Rodríguez, Los Corraones, Aller, 1949) felicita la Navidad con una serigrafía de pequeño tamaño y colores suaves. Arriba el Niño Jesús a quien dan calor la mula y el buey. Y abajo tres niños de espaldas contemplando al recién nacido o tal vez como tres Reyes Magos que le vienen a ofrecer juguetes para cuando sea mayor. La escena superior es del todo campesina, propia de la infancia de Kiker en Los Corraones y luego en Moreda. La escena inferior es del todo urbana, como si los niños hubieran cesado en sus juegos para ver un belén en la ciudad. Nieto e hijo de mineros, Kiker vio a su abuelo además en la fragua y a su padre en la carpintería. Cuando tenía 8 años, Kiker recibió de su madrina, Rosa, maestra y luego inspectora de Primaria, un estuche con lápices de colores. Y allí empezó esa creatividad inagotable que define a Kiker como artista y le acompaña en toda su carrera.
José Cuervo Viña (Luanco, 1941), acuarelista de los buenos, envía como felicitación navideña a sus amigos y familiares una acuarela que representa una casa o cabaña al pie de los montes nevados de los Picos de Europa. Ha roto desde sus inicios la tradicional pelea y enfrentamiento entre las gentes de Candás y Luanco, pues su padre es candasín y su madre luanquina. Ha expuesto y pintado en Candás y Luanco. Tras su jubilación, dice que se encuentra muy influenciado por su nieta y pretende mirar el mundo con mirada infantil. En la impecable acuarela, que podría ser la cabaña de Belén por estas tierras, brilla el papel blanco de la nieve, acompañado de tierras, toques azules y morados.
Germán G. Ortega (Gijón, barrio del Natahoyo, 1947) es dibujante que ha trabajado en varios despachos de arquitectos. Vive en Guimarán, donde participa en todos los eventos culturales y religiosos de la zona. Este año felicita la Navidad con hórreo e instrumentos de labranza, como carro, yugo, rastrillo, tridente, pala, fesoria, piedra de afilar, etc. Pero no hay personajes, se han marchado, convertidos en emigrantes desplazados, no los ve, recién operado de cataratas. Tantos de nosotros tenemos buena vista, pero tampoco les vemos. Navidad, año nuevo y un mundo mejor.
