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La esquina

Los encantos de mi ciudad

Un castellano viejo, y leal, residente durante muchos años en Asturias, aseguraba que, cuando hace un buen día aquí, lo hace de verdad. Los buenos días son los que se están viviendo en Gijón con temperaturas de veinte grados en pleno invierno y, sobre todo, con un ambiente de serenidad lo mismo en tierra que en la mar. A primera hora de ayer la mar en San Lorenzo estaba como un plato. Dos lanchas aparecían en el horizonte más cercanas y medio Gijón recorría el Muro en ropa de deporte. La ciudad era, y es siempre, un encanto a disfrutar sin ruido y sin misterios. La ciudad se despereza a esas horas, en contra de los deseos gubernamentales de adelantar el final de la jornada laboral. El comercio, con excepciones, está cerrado porque las gentes no madrugamos aunque el día invite a tirarse de la cama y salir a la calle. Los encantos de mi ciudad, Gijón, son impagables en invierno o en verano. Una ciudad digna de ser vivida.

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