Falta hará que los pronósticos de quienes anuncian para hoy lluvias en Asturias se cumplan. A mediodía de ayer, sin embargo, la presión atmosférica se mantenía alta y estable, en clara indicación de que no se atisba un cambio de tiempo necesario para terminar con la ola de incendios intencionados que está asolando tanto territorio asturiano. La danza del fuego se está bailando cuando la primavera apenas ha comenzado, aprovechando una sequía que sólo trae problemas. Una sequía que aprovechan los pirómanos para salir de la cueva y atizar lo mismo al bosque bajo que al bosque de árboles repoblados no hace tanto. La intencionalidad de los incendios demuestra que algo no se está haciendo bien en la zona rural. A lo mejor se necesita más vigilancia o más medidas que dejen a los pirómanos fuera de juego. Todo, menos el actual espectáculo que convierte el paraíso en una tea incendiaria.