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Crítica / Arte

María Bejarano pinta sobre metacrilato

Un ejemplo artístico de cómo acumular conocimientos de diferentes lugares

María Bejarano (Sevilla, 1971) es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla. Pasó un año de Erasmus en Gloucester (Reino Unido) y tras titularse en Sevilla visitó Florencia. En Sevilla recibió una formación académica del todo tradicional, aunque allí también se enseña y recuerda la pintura sobre soportes poco habituales, especialmente en la pintura religiosa, como lo fueron en el siglo XVII el óleo sobre vidrio y el óleo sobre plancha de cobre. En Gloucester le dijeron que tenía que ponerse al día y pintar utilizando materiales de nuestro tiempo, del siglo XXI, de modo que cambió el vidrio por el metacrilato y el óleo por los acrílicos de diversos espesores. También experimenta con plancha metálica no de cobre, sino de aluminio.

De Sevilla parte su formación básica y fundamental. De Gloucester los nuevos materiales, el paso del academicismo a la libertad de expresión, al uso de nuevos lenguajes pictóricos acordes con nuestro tiempo. De Florencia, el sentido de los colores y la belleza. Y luego, de toda Andalucía, el agua, como problema obsesivo y no resuelto a través del Plan Hidrológico Nacional, que cambia de objetivos con cada gobierno. O sea, que no hay tal Plan y menos en estos tiempos de independentismos y separatismos. De ahí que María Bejarano inunde las ciudades que pinta al metacrilato, como sucede en las diez obras de la exposición "Habitar el reflejo", en la Galería de Adriana Suarez. Visión onírica de ciudades inundadas, sean Madrid o Venecia, que siempre remite al problema de la escasez de agua en Andalucía.

¿Y cómo se pinta sobre metacrilato?, estará preguntándose el amable lector. Pues, una vez escogido el formato, se prepara la plancha de plexiglás o metacrilato solamente por una cara, la cara posterior, aplicando disolventes y lijas, que favorezcan depósitos acrílicos de diversos espesores. La cara anterior no se toca. Siempre se trabaja por el reverso. Sobre esta cara se pintan los primeros planos, manteniendo la plancha horizontal para evitar chorreos. Terminados los primeros planos, que se suelen acompañar de grafismos y veladuras o capas suaves y casi transparentes de pintura, se completan los fondos. A veces estos fondos se ven enriquecidos y a juego con un papel base de color apropiado. Es una manera de pintar en la que se procede al revés que en la pintura sobre lienzo o sobre tabla, donde primero son los fondos y luego los primeros planos. Si la cosa sale bien, la obra se guarda para el mercado y, si no sale bien, si la autora no queda a gusto, la obra se desecha, que sólo así el estilo y las maneras de la artista pueden avanzar.

Veamos ahora las obras escogidas para acompañar estas reflexiones.

1. Metrópolis, entre Alcalá y Gran Vía. El agua llega hasta mitad del anuncio de la actual aseguradora (Antes era "La Unión y el Fénix", coronada su famosa cúpula por el Ave Fénix, que fue trasladado a los jardines de la Mutua Madrileña, en Castellana, 33). No se ve en la obra de María Bejarano la Victoria Alada del escultor Federico Collaut-Valera, que a partir de 1975 sustituyó al Ave Fénix. Pero sí otras esculturas antiguas de Mariano Benlliure.

2. Edificio Capitol. Madrid. Gran Vía. El agua llega casi hasta el anuncio luminoso de neón de la marca Schweppes, que posee sus ritmos y tiempos de encendido, reflejados en el agua soñada.

3. El Palacio de Cristal del Retiro, construido a base de hierro y cristal en 1864 por Ricardo Velázquez Bosco, que se inspiró en el Crystal Palace de Londres (Joseph Paxton, 1851). La presencia del agua se justifica por estar cerca del lago del Retiro.

4. "Notting Hill" es un famosos barrio de Londres, aquí inundado, donde se celebra cada sábado el mercadillo de Portobello Road, con sus típicos callejones, las casas de colores, el antiguo horno y chimenea donde se fabricaban ladrillos.

5. Rayas y sol. Casetas de playa en San Lorenzo. También inundadas, pero sin intenciones irónicas relativas a la pérdida de arena.

Otra obra conviene mencionar: una especie de acuario con peces, realizado a base de varias planchas pintadas de metacrilato, que guardan cierta distancia entre ellas. En cada una va una parte de los peces y otros detalles de este acuario, que convierte una serie de planchas de metacrilato en objeto de tres dimensiones, o sea, en escultura.

Desde 1993 hasta la fecha María Bejarano ha realizado una treintena de exposiciones individuales, en ciudades como Barcelona, Cádiz, Córdoba, Estrasburgo, Jaén, Madrid, Nimes, San Sebastián, Sevilla, Suffolk, Tetuán, Valencia, Vigo o Zaragoza. Añadimos ahora Gijón. Hay obra suya en la Biblioteca Nacional de Madrid, la Universidad de Bellas Artes de Sevilla, el LatinMuseum de Miami, el Ayuntamiento de Sevilla y las Cajas de Córdoba, Valencia y Zaragoza.

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