La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crítica / Música

"Rinôçérôse": la síntesis del rock y la electrónica

Son varias generaciones ya las que han bailado al ritmo de la música de "Rinôçérôse". Este dúo francés irrumpía a finales de los noventa en el panorama musical ofreciendo una mezcla perfecta entre electrónica y rock pensada para el baile. Así dieron con la fórmula de un sonido contundente que es una apuesta segura en cualquier festival. El pasado jueves llegaban a Gijón para presentar su nuevo trabajo, "Angels and Demons" (2017), un álbum con temas nuevos y otros que se habían quedado en el tintero de trabajos anteriores. Llevaban desde 2009 sin publicar disco por lo que todo parece indicar que esta gira será un éxito.

El Albéniz presentaba muy buena entrada, un público generacional entre los treinta y los cuarenta dispuesto a sudar y a pasarlo bien con los franceses. "Rinôçérôse" no dio cuartel, salió con toda la artillería marcando el "groove" con bases electrónicas y disparando "Medicine", tema de su último álbum. Era imposible permanecer estático; el patrón binario, la contundencia del bajo y la descarga de decibelios arrastraban al respetable a una danza colectiva a base de palmas y saltos, un movimiento continuado que acababa por resultar hipnótico. A la primaria monotonía de su base rítmico-armónica hay que sumar un cuidado trabajo con las texturas de los samplers y los sientetizadores, así como un rico set de percusión (bongos, timbales y congas) y una batería.

Este es el sello personal de "Rinôçérôse", esa mezcla entre la música electrónica, las percusiones latinas y las distorsiones de las guitarras. Estos son los mimbres que Jean-Philippe Freu (guitarra) y "Patou" Carrié (bajo) manejan para construir auténticos bombazos sonoros que generan la catarsis colectiva. Ambos son psicólogos, así que algo sabrán de esto. Los riffs cortantes de las guitarras y los barridos de frecuencias en los teclados son fundamentales en unos temas que constantemente están en busca del clímax, pero no es fácil explicar qué es exactamente lo que en determinados momentos del concierto desataba la euforia y creaba ese sentido de comunión y comunidad que comparten los rituales del rock y la electrónica.

Hubo espacio para temas ya clásicos y tan conocidos como "Le Mobilier", también para introducir guitarra española. Pero, más allá de los detalles, lo importante era la fiesta, y quienes asistieron se lo pasaron bien. Dos horas después de "Medicine", el torrente sonoro se detenía y "Rinôçérôse" se despedía hasta la próxima.

Compartir el artículo

stats