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La esquina

Paciencia rural gijonesa

Viaja uno entre Oviedo y Gijón y descubre que el famoso plumero de no se sabe dónde lo inunda todo. Descubre también que muchos de los prados del trayecto están levantados sin duda por las actuaciones de los jabalíes. Llega al periódico y lee en sus páginas que los vecinos de una zona de Cabueñes sufren el abandono de una finca en la que habitan víboras y ratas, siempre malas compañeras. La paciencia del rural gijonés es eterna. Las autoridades competentes abandonan la zona sin duda por esos criterios previos que todos sabemos cuáles son, pero que no los desvelamos no sea que el brazo armado de la protesta se nos eche encima. Las autoridades son elegidas para hacer más llevadera la vida de sus electores, y no para complicarles los caminos de cada día. Entre plumeros de no se sabe dónde, jabalíes, víboras y ratas hay zonas rurales que no son precisamente un paraíso natural.

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